Los fenómenos físicos y mentales están yendo y viniendo constantemente. Cuando nos apegamos a ellos creyendo que son el YO nos creemos cualquier historia que la mente nos cuente.
Observa que la impermanencia hace que lo tanto lo que nos gusta y como lo que no nos gusta esté cambiando constantemente.
Una idea fundamental del budismo es que nada tiene importancia alguna, que nada es lo bastante importante como para tenerlo en cuenta; todo carece de sustancia
Otra idea básica es que los ojos sólo ven colores y formas, los oídos sólo oyen sonidos. El resto lo fabrica la mente. Lo que nosotros vemos como un reloj un niño lo podría ver como un juguete, según nuestro nivel de desarrollo físico y mental interpretamos la realidad de una manera diferente.
La mente es la que crea el sufrimiento por eso debemos vigilarla. Nuestra mente es la que nos hace felices o infelices.
Cuando más observemos la mente y veamos claramente como actúa sobre nosotros y nos influye, más tenderemos a cuidarla bien y tratarla con respeto.
La mente es la que interpreta las situaciones como buenas o malas. Solo cuando podamos permanecer felices y serenos a pesar de las situaciones que se presenten podremos decir que hemos adquirido un cierto control sobre la mente, hasta que no llegue este momento no tenemos el control y nuestros pensamientos nos dominarán.
El primer paso para controlar la mente es SER CONSCIENTES, lo que significa estar totalmente concentrado en el momento que estamos viviendo sin pensar en nada más y mantenemos una atención que no juzga, sólo conoce.
Si la mente permanece concentrada no podrá inventar ninguna historia sobre lo injusto que es el mundo o sobre nuestros miedos y pesares.
Es necesario que nos distanciemos de nosotros mismos para poder evaluar las situaciones sin apasionamiento ya que si nos identificamos con las circunstancias comenzamos a sufrir.
La atención elimina las preocupaciones y los miedos que tenemos sobre el pasado o el futuro y nos mantiene sujetos al presente.
Cuando observamos a los pensamientos como movimientos mentales que aparecen, se quedan un rato y luego se van dejamos de apegarnos a nuestros procesos mentales y esto nos conduce al desapego, al desapasionamiento. Si nos apegamos a ellos nos metemos en problemas, creemos que nuestros pensamientos nos pertenecen y que tenemos que hacer algo con ellos, sobre todo si son negativos.
Cuando más aprendamos a cerrar la puerta de nuestra mente a las negatividades que nos roban la paz interior más fácil se volverá la vida.
La sustancia de la vida es la insatisfactoriedad, nada nos satisface por completo, constantemente nos apoyamos en los demás: nuestra madre, padre, marido, amigo son tan impermanentes como nosotros, todos acaban yéndose, muriendo, cambiando de forma de pensar o no puede que no estén cerca cuando los necesitemos.
Al considerar la insatisfactoriedad y el sufrimiento como una parte inherente de la vida ya no nos sentimos oprimidos con ellos.
La resistencia crea el deseo intenso de querer liberarnos de ellos lo cual no hace más que intensificarlos.
El budismo nos enseña a que la vida se simplifica cuando dejamos de juzgar y elegir. Constantemente nuestra mente evalúa lo que estamos viendo: Esto es bueno, malo, esto que él hace es horroroso etc, lo cual nos crea mayor insatisfacción
Nuestra mente quiere que las cosas sean cómodas y agradables pero la realidad va por otro sitio.
Al conocer y percibir las cosas como son adquirimos una visión más profunda. Llegamos a ver que en este reino de la impermanencia, la insatisfactoriedad y la insustancialidad no hay nada a lo que podamos aferrarnos, nada que sea sólido y nos pueda dar completa satisfacción.
No hay nada a lo que debamos temer porque todo está cambiando y desapareciendo continuamente. La mente está cambiando a cada momento y el cuerpo acabará desintegrándose.
Considerando esto, ¿Merece la pena que nos agobiemos por nada?
Si cambiamos el enfoque y le encontramos un sentido al sufrimiento sin resistirnos ni rechazarlo, sino que lo usamos como combustible para mejorar, esta actitud le saca el aguijón a nuestro dolor y lo convierte en una experiencia valiosa
La mente que no ha sido entrenada es una mente pegajosa, no cesa de recordar las heridas , resentimientos, se aferra al pasado, a tener razón. Esta mente divide el mundo en dos partes: YO Y LO QUE YO QUIERO Y YO Y LO QUE YO NO QUIERO con lo cual la paz y la felicidad son imposibles.
Si esperamos que las condiciones exteriores nos den la anhelada satisfacción , estaremos esperando en vano, hemos de encontrar las condiciones interiores que la produzcan, tenemos que ser independientes de los demás, ser independiente incluye también no esperar apoyo de los demás. Si a esto unimos la independencia emocional de las situaciones externas estamos en el camino de la paz infinita.
Para gozar de la armonía interior hemos de aceptar que el sufrimiento es una parte integral del ser humano. Si nos desagrada o lo rechazamos, nuestra resistencia lo empeorará y escapar de él se convertirá en una prioridad. Normalmente esto incluye cambiar a las personas, las situaciones, el trabajo o cualquier otra cosa que nos ocurra.
Pero de este modo nunca eliminaremos la insatisfacción, el único modo que tenemos es abandonar los deseos que no están en nuestro control
Cuando el sufrimiento viene podemos comprender que está ocurriendo algo que no deseamos, descubrir el deseo que lo está causando y abandonarlo es lo único que podemos hacer para evitar el malestar. Cuantos más deseos ( que no estén en nuestro control) abandonemos, más armonía tendremos.
Necesitamos darnos cuenta que el sufrimiento depende de los deseos y por tanto hemos de abandonarlos.
Cuantas menos cosas deseemos , más nos desprenderemos del sufrimiento. Pero para lograrlo necesitamos estar satisfechos con lo que tenemos, aunque no sea lo que esperábamos. Todos tenemos expectativas respecto a nosotros mismos y los demás que no son nada realistas.
Cuando descubramos que no nos falta nada, que no hay nada que necesitemos encontrar en el exterior , nuestro corazón se empezará a llenar de paz y satisfacción.
Recuerda que la salud, la riqueza y la juventud no nos mantienes a salvo del sufrimiento, pero lo disimulan.
En este mundo hay bastante sufrimiento para que aprendamos y bastante placer con lo que podemos mantenernos equilibrados.
Una cualidad mental que tenemos que adquirir es la ecuanimidad que nos hace dejar de estar suspendidos entre las dualidades de lo bueno y lo malo, del amor y el odio, de los amigos o enemigos y nos hace capaces de desprendernos de todo y llegar al fondo de la verdad de las cosas.
Cuando usamos nuestras dificultades como un método de purificación de la mente, todo lo que nos sucede nos resulta valioso.
Normalmente queremos que todo nos vaya bien y nos sentimos contrariados cuando esto no sucede lo cual crea irritación y pesar.
CON FRECUENCIA OLVIDAMOS QUE EN ESTE PLANETA SÓLO SOMOS UNOS INVITADOS , NUESTRA VISITA ES LIMITADA Y PUEDE ACABAR EN CUALQUIER MOMENTO.
CON FRECUENCIA OLVIDAMOS QUE EN ESTE PLANETA SÓLO SOMOS UNOS INVITADOS , NUESTRA VISITA ES LIMITADA Y PUEDE ACABAR EN CUALQUIER MOMENTO.
En realidad gran parte de nuestro sufrimiento se produce porque le damos libertad a la mente de descontrolarse, dejamos que vaya en cualquier dirección pensando en el futuro con miedo y en el pasado con remordimiento o sentimentalismo, en vez de ocuparnos de lo que está de veras sucediendo. Si estuviéramos totalmente atentos a cada momento no ocurriría toda esta dispersión mental.
¿Como podemos considerarnos satisfechos en situaciones que consideramos insatisfactorias? En primer lugar podemos analizar la situación con más detenimiento ¿ Por qué es insatisfactoria? ¿ Qué es lo me falta? ¿ Que es lo que estoy exigiendo que suceda, que además no está en mi control? ¿ Es que qué necesito que se satisfaga este deseo para ser feliz? Yo por naturaleza estoy destinado a morir, es mejor no hacer depender mi bienestar de esto y disfrutar de la vida, ya que tarde o temprano la perderé.
Cuando empiece a depender de lo que hay en mi interior más de lo que hay en el exterior aparecerá el contento, ya que si para sentirnos satisfechos dependemos de las personas o situaciones , seremos esclavos de ellas.
Contento y gratitud por todos los dones que tenemos.
Gratitud es no dar por sentado cualquier cosa positiva que haya en tu vida.
Gratitud es no dar por sentado cualquier cosa positiva que haya en tu vida.
A no ser que adoptemos la actitud correcta: Una sensación de estar en casa con nosotros mismos , de poder descansar y relajarnos en nuestro interior, no nos sentiremos a gusto en ninguna parte. Cuando el corazón se abre creando un sentimiento de aprecio, contento, gratitud y tranquilidad hacia nosotros mismos, nos sentiremos seguros y podremos sentirnos a gusto en cualquier parte.
Depender de los demás para ser felices es una locura, depender de los demás para sentirnos seguros es absurdo
¿COMO PODRÍAMOS DEPENDER DE ALGUIEN QUE TAMBIÉN ESTÁ INTENTANDO ENCONTRAR LA FELICIDAD Y LA SEGURIDAD?
¿COMO PODRÍAMOS DEPENDER DE ALGUIEN QUE TAMBIÉN ESTÁ INTENTANDO ENCONTRAR LA FELICIDAD Y LA SEGURIDAD?
Sólo si hemos encontrado nuestro centro en nuestro interior sabremos a donde ir en los momentos de crisis.
Abandonando los pensamientos malsanos y negativos mantenemos nuestro centro en orden y armonía. Siempre que limpies algo recuerda que tienes que limpiar tu corazón de toda la chatarra emocional primero.
Protegemos nuestro cuerpo lo mejor que podemos para que no se queme, golpee o lastime. Sin embargo dejamos que nuestra mente se queme, se dañe a través de las emociones y pensamientos negativos.
Solo nosotros mismos podemos evitar que los pensamientos negativos nos lastimen.
Para cultivar la mente necesitamos tiempo, paciencia y determinación. Si fracasamos en nuestro intento nos encontraremos una y otra vez en la misma situación, pensando en lugar de concentrarnos, seguiremos disgustándonos con cualquier tipo de problemas, no teniendo en cuenta la totalidad de la existencia, la inminencia de la muerte, negando la posibilidad de alcanzar una consciencia que trasciende cualquier dualidad y una libertad más allá del pesar y el sufrimiento.
La clave reside en abandonar todo lo negativo. El abandono, la desaparición de cualquier deseo, constituye a clave en el camino hacia la paz.
¿ De qué es lo que necesitamos liberarnos en primer lugar? Sobre todo de las complicaciones de la mente , que nos cuenta historias increíbles. Una forma de observarla y de no creer lo que que fabrica consiste en anotar los pensamientos. Cuando los vemos escritos en papel parecen de lo más absurdos , la mente siempre está fabricando un sin fin de nuevas historias.
Tenemos que liberarnos de nuestras ambiciones, lo que significa aceptar que nuestras antiguas formas de pensar no son útiles porque estamos experimentando sufrimiento otra vez.
Tus deseos nunca te darán la paz, la paz viene al ser consciente lo que significa conocer sin juzgar ni elegir, tienes que aprender a vivir el momento presente sin fabricar ninguna ideación.
Date cuenta que son tus expectativas las responsables de los juicios negativos que emitimos sobre los demás. Mientras rechacemos y nos resistamos a algunas partes nuestras y de los demás , no estaremos en paz.
La paz es un estado que se produce cuando hemos abandonado cualquier identificación, expectativa, y tensión, cualquier miedo y situarnos simplemente en nuestro centro, en nuestro hogar interior.
El camino hacia la paz es la renuncia, el desprendernos de todo, el no poseer ni desear nada, el no identificarnos...
Para disminuir el sufrimiento hay que trabajar con nuestros deseos.
El verdadero viaje espiritual ocurre cuando percibimos que es lo que surge en nuestra mente y somos capaces de no apegarnos a ello.
El verdadero viaje espiritual ocurre cuando percibimos que es lo que surge en nuestra mente y somos capaces de no apegarnos a ello.
Es esencial descubrir las razones por las que en nuestro interior no somos felices ¿ Qué es lo que estoy deseando y no obtengo? ¿ a qué me estoy apegado? ¿Que tengo que temo perder? Mientras tengas estos estados mentales no encontrarás la paz.
Sólo cuando abandonas los deseos viene la paz. El hecho de no desear algo nunca nos provocará el miedo y nos permite estar centrados en el aquí y ahora.
Si nuestro objetivo es alcanzar la paz no tenemos otra opción que vaciar el corazón y la mente de deseos y expectativas.
La libertad significa no apegarse a nada, ver todo como un espectáculo pasajero.
Si vemos todo como impermanente, fluyendo, moviéndose y cambiando de un momento al siguiente, podemos considerar de esta manera los pensamientos, emociones y sensaciones físicas que experimentemos.
Percibir la realidad tal como es no es atroz sino liberador, las cosas son como son no como yo quiero que sean. Lo mejor que puedo hacer es no dejarme afectar por personas y circunstancias, abandonar los deseos produce alivio, date cuenta de ello.
Renunciar a los deseos significa adoptar la siguiente postura: Si lo obtengo o sucede lo que quiero, estupendo, si no lo obtengo estupendo también, hay que aprender a disfrutar de todo pero dejar que todo pase.
A menor cantidad de deseos más poderosa se volverá la mente. Cuanto menos cosas haya en nuestra mente menos se cansará, aprende a dejar tu mente vacía y sentirás ligereza.
Date cuenta de que la mayoría de los pensamientos no son importantes .
A no ser que entrenes tu mente predominarán los momentos desafortunados, por eso se ven tan pocas personas felices. La felicidad no es un accidente , exige un duro trabajo.
Debes descubrir a que estás apegado y soltarlo. Sé consciente de que cada deseo crea insatisfacción e irritación. Abandonar el primer deseo es lo que más cuesta
Ver la impermanencia y la insatisfactoriedad de todo nos lleva a la vacuidad, a estar internamente vacíos de deseos.
Todo el mundo tiene alguna lección que aprender y si no usamos cada día para hacerlo, habremos desperdiciado el día.
considera cada día como una vida entera.
considera cada día como una vida entera.





0 comentarios:
Publicar un comentario