Una de las reglas básicas de la vida feliz es desear poco y estar satisfechos con los que tenemos.
En nuestro interior tenemos siempre un mendigo que pide y pide. Quiere más amor, dinero, vivir eternamente, creemos que sin tal o cual cosa no podemos ser feliz pero hubo un tiempo en que no teníamos ese deseo y no pasaba nada, además hay millones de personas en el mundo que son felices sin esa cosa que anhelamos.
Desear poco es decidir simplificar nuestra vida. Recuerda que las flores se marchitan aunque las queramos y las malas hierbas crecen aun cuando no las queramos.
Apego, aversión , ignorancia nos hacen entrar en el mundo del deseo, con nuestros deseos, sin darnos cuenta nos atamos a un objeto, persona e idea y entramos en el mundo del sufrimiento.
El cosmos es creación y destrucción , en él no hay nada estable ni fijo.Tomar conciencia de la impermanencia de las cosas es la base del despertar a la realidad.
Cada acción es semilla de despertar, cada fenómeno de nuestra vida nos puede enseñar la sabiduría. El asunto radica en saber estar a la escucha de que todos los fenómenos son impermanenentes, no tienen esencia propia y por tanto están vacíos.
Podemos observar fácilmente que vivimos en un mundo donde reina la ilusión, nos instalamos con mucha facilidad en este mundo de sueños que nos ayuda a vivir.
Son nuestras ilusiones las que generan confusión ya que no tienen existencia propia, son un sueño de nuestra conciencia.
Una fuente de sufrimiento proviene del hecho de que cada persona, cosa o situación tiene un lado luminoso y otro oscuro, pero tenemos la costumbre de considerar sólo el lado que nos interesa y cerrar los ojos ante la dualidad, lo auténticamente real.
Otra fuente de malestar consiste en preocuparnos por cosas sobre las que tenemos escaso control en vez de preocuparnos por lo que verdaderamente tenemos control: nosotros mismos.
Por último, las relaciones inadecuadas con los demás añaden gran cantidad de sufrimiento a nuestra vida.
Unas relaciones basadas en la generosidad , las buenas intenciones,la conducta beneficiosa y la cooperación con los demás son una fuente permanente de felicidad.

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