LAS COSAS MAS IMPORTANTES DE LA VIDA NO SON COSAS


Puede que no seas consciente de que tu entorno está conectado con tu mente pero no estamos separados de lo que nos rodea. Nuestro mundo interior y exterior están conectados . El orden de la casa refleja nuestro estado emocional. La suciedad y el desorden indican que la mente no está bien.
El desorden genera estrés, el exceso de cosas nos hace sentir mal.
Para limpiar la mente primero empieza por ordenar y limpiar tu casa o tu habitación.
Nuestra cultura se basa en acumular, empleamos nuestro tiempo libre en comprar cosas que no necesitamos. Hay una obsesión por llenarlo todo, las habitaciones, las paredes, los cajones. Nuestra mente se concentra más en lo que no tenemos que en disfrutar de lo que tenemos. Los espacios vacíos aportan calma y sosiego.

La felicidad no está en las cosas sino en una vida con sentido.Tú no eres tus posesiones.
Concéntrate más en ti que en las cosas que tienes. Piensa que todo lo que tienes de más te da un trabajo extra, no podemos gastar tiempo y energía en cosas que no usamos.

Menos cosas significa más libertad, más espacio, limpiar menos, más tiempo para ti, menos estrés. Las cosas nos atan.

Da a tus cosas la importancia y el espacio que se merecen. Cada objeto de tu casa debe tener una buena razón para estar allí.
Limpiar es tres veces más fácil cuando tienes menos cosas.
Gastas tiempo y energía al ir a comprar cosas, transportarlas, almacenarlas , limpiarlas y proteger que no se rompan. Si multiplicas eso por todas las cosas que tienes verás cuanto esfuerzo empleas.
Valoramos más los objetos que el espacio. Tu casa es un lugar sagrado no un lugar de almacenamiento. Tu hogar no es un museo, no necesita colecciones de nada.
Cada cosa que tiramos nos deja un poquito más de espacio, no lo llenes.

                                Aprende a disfrutar sin poseer. 

Hoy es el momento de decir adiós a las cosas que no necesitas.
Quedate sólo con las cosas que necesitas y son importantes para ti.
Para calificar algo de útil debe ser usado, lo que tengamos debe ser fácil de usar.
Deja de comprar y tira, vende o regala, en poco tiempo la casa estará diferente.
Al comprar algo pregúntate si lo necesitas o sólo te gusta.
El objetivo es no comprar ni consumir y lo que compres que sea poco y de calidad.
Abandona lo innecesario y céntrate en lo importante lo cual te dará más libertad y bienestar. Deshazte de cosas innecesarias, recicla, dona, vende, regala.
Gasta lo mínimo y anota los gastos.
Elimina también el exceso de tareas, reduce el tiempo de cocinar y limpiar. Ojo con los vampiros de energía ( internet y redes sociales)

EL ORDEN
Preguntas básicas
¿Se merece ésto estar en mi casa?    ¿ Tengo sitio para ésto?
¿En qué me ayuda esto? ¿ De qué me sirve? ¿ Hará mi vida más fácil?
¿ Tengo algo que me sirve para lo mismo? ¿ Me gustaría tener ésto para siempre?
¿Es más importante este objeto que el espacio que ocupa?

Reglas básicas
Intenta reducir tus posesiones a tus necesidades.
Cuando tengas doble de algo elimina uno.
Deshazte de lo que no hayas usado en un año.
Deshazte de lo que sea bonito y no sirva para nada, excepto que te encante.
Deja ir la idea de que algún día vas a necesitar esto o aquello, ten sólo las cosas que necesites en este momento.
Las cosas que las ves y se te había olvidado que las tenías, descártalas.
Pregúntate : Si lo perdiera ¿Lo compraría de nuevo?.
No compres porque es barato, no cojas porque es grátis. Busca maneras mejores de emplear tu tiempo que ir de tiendas o mercadillos.
Las cosas que realmente necesitas, si por error te has deshecho de ellas, volverás a tenerlas otra vez.
Si varias veces has pensado en tirar algo hazlo ya.
Mantén todas las superficies libres , mesas , encimeras, incluido el suelo .
Cada cosa debe tener su lugar y estar en su sitio.
Tira una cosa al día.
1 cosa entra y 1 sale del mismo tipo, así mantienes el equilibrio.
Mantén las cosas que realizan la misma función juntas, cuando está todo junto sabes las cosas que tienes.
Antes de salir de una habitación déjala ordenada y lleva algo en la mano que pertenece a otro sitio.
Lo usas y lo pones en su sitio. Ordena primero la habitación que se usa más.
Limita el espacio de almacenamiento. Las cajas de almacenaje aparentan una casa ordenada pero si guardan cosas que nunca usas, tíralas.
Los artículos de la cocina deber estar adaptados al número de habitantes que haya en la casa. Lo mismo se aplica a muebles como sofás y sillas, dormitorios.

Mantén a raya los puntos calientes de la casa donde se acumulan cosas como la entrada  o alrededor del ordenador.

Hay que controlar constantemente las posesiones que se acumulan fácilmente y nos hacen la vida difícil, ropa, zapatos, etc y no bajar la guardia nunca. La razón para mantener la ropa es porque la usamos y nos sienta bien.
Hay ropa para salir, la casa, el deporte, para dormir, ten ropa adecuada a tu estilo de vida.
Cada cambio de estación deshazte de ropa que no hayas usado.
Busca unos cuantos conjuntos de ropa cómodos y que puedan combinarse No llenes cajones y armarios más del 80% de su capacidad.

Puedes empezar por una habitación o un cajón. Sácalo todo y mete sólo lo útil, lo necesario o lo que realmente te guste.
Enfócate más en lo que quieres conservar que en lo que hay que tirar.
Ten una caja donde pones lo que no quieres y si pasado un tiempo no vas a cogerlo, tíralo o regálalo.

LA LIMPIEZA
Las tareas domésticas realizadas con atención  puede convertirse en un camino espiritual ya que limpiar la casa es un sendero hacia la armonía y  el bienestar. Limpiar es una práctica para cultivar la mente, limpiar es meditar. Considerándolo de esta manera apreciarás el orden y la limpieza de la casa en vez de verlo como una pesada carga. 
Limpiar es un entrenamiento en vivir aquí y ahora.

El secreto de tener la casa limpia es usarla de una manera limpia no ensuciando, recogiéndolo todo y limpiando cuando se ensucia. Si no ensucias no tienes que limpiar

Antes de limpiar deshazte de toda la basura .
Limpia con atención y en silencio, evita pensar en otra cosa. Limpia con cuidado, agradece a las cosas el servicio que te prestan.
Limpia por la mañana temprano si puedes, abre las ventanas y ventila.
Antes de ir a la cama todo tiene que estar ordenado.
Usas algo, lo limpias y lo pones en su sitio.
No dejes las cosas para mañana, haz lo que tengas que hacer y no lo demores, céntrate en lo que hay que hacer y no en como te sientes.
Friega después de cada comida. No apiles los platos, lávalos a medida que se ensucian y así no te encontrarás una pila de cacharros sucios  al terminar de cocinar. Usa solo los utensilios necesarios.Ten una bayeta húmeda a mano para las salpicaduras.
Lava la ropa, sécala y dóblala el mismo día.
Vasos y platos los mejores y pocos. No gastes agua innecesaria, reduce desechos, busca una nueva manera de usar cosas viejas.
No tengas botes misteriosos en la nevera.
Usa las cosas cuidadosamente.
Tira la basura a diario.

Para mantener la casa limpia es aconsejable tener unas rutinas de limpieza diaria y una limpieza semanal de cada parte de la casa

Utiliza un reloj de cocina o un aparato que mida el tiempo y trabaja estableciendo un tiempo para cada tarea, así trabajas más rápido.


RUTINA DE LA MAÑANA                           
Haz la cama al levantarte,
Repasa al baño antes de salir. Ten en el baño una bayeta y un limpiador.
Pon la lavadora.
En la cocina, ordena los platos del escurridor o sacas del lavavajillas.
Desayuna.
Friega los cacharros del desayuno.
Tiende la ropa.
Haces tus tareas de la mañana o vas al trabajo.

RUTINA DE MEDIODÍA
Cocinar y fregar
Dedicar cinco minutos a ordenar

RUTINA DE LA NOCHE
Ordena la casa durante 15 minutos.
Cenas y friegas los platos
Haz la lista de cosas para el día siguiente.

Esas son las rutinas diarias  de lunes a domingo.

De lunes a viernes dedica un tiempo a limpiar algo, por ej. los lunes aspiras la casa, cambias las sábanas , toallas y pasas la mopa; los martes le das un repaso a un par de habitaciones, los miércoles al salón, los jueves a la cocina, los viernes a cualquier otra cosa. El sábado recuperas si un día no has podido hacer tu tarea.
Antes de comenzar  la limpieza ordena lo que está fuera de su sitio en toda la casa  y en la habitación que te toque limpiar dedica 15 minutos  a deshacerte de lo que no uses, no te guste o no te pongas. Trabaja rápido y con precisión.
Pon el reloj para controlar el tiempo. 
Si haces las rutinas diarias la casa estará ordenada y sin trastos y no emplearás más de una hora en tus tareas de cada día.

Normalmente tardamos más por la acumulación y el desorden que tenemos.
Si en la limpieza semanal de las habitaciones te centras cada semana en una pared diferente de la habitación, en un mes has limpiado a fondo todo, por ej, si en la pared que te toca  hay ventanas, limpias bien todo, retiras los muebles de esa pared y limpias cuidadosamente las ventanas.
Para saber por dónde comenzar usa  el sentido de las agujas del reloj, cada semana centrate en una pared de la habitación que te toca y el resto lo limpias pero no tan a fondo. Esto se aplica a habitaciones grandes como el salón  o con muchas cosas como la cocina.

Respecto a la cocina puedes hacer lo mismo, pero con una variante, en cada fregado haces un trocito pequeño de la pared que te toca, así no tienes que dedicarle un día extra y tienes siempre todo a punto.

Las rutinas de limpieza y la organización semanal mantienen la casa limpia y ordenada con poco esfuerzo.
Además de la limpieza de  la casa asigna un día para otras tareas, por ejemplo, el lunes ordenar papeles y facturas, el martes bricolaje, costura, etc, el viernes las compras y los recados, el sábado arreglar las plantas, etc.

Estas rutinas harán que tu casa funcione con poco esfuerzo.

Limpia para vivir y no vivas para limpiar. La casa debe ser lo suficientemente limpia para ser saludable y lo suficientemente sucia para ser feliz.


















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