LA INCIERTA CONDICIÓN DEL SER HUMANO

 


Cuando llegan tiempos difíciles parece intensificarse la lucha por hallar un lugar sólido donde podamos mantener nuestro equilibrio, en el fondo tenemos un profundo miedo a como son en realidad las cosas. Nuestros intentos por encontrar un bienestar y seguridad permanentes entran en contradicción con el hecho de que somos parte de un sistema dinámico en el que todo y todos estamos dentro de un proceso. 
La pregunta no es tanto ¿ Cómo vamos a ser felices si un día vamos a morir? o ¿Cómo puedo disfrutar si no voy a encontrar algo que sea totalmente perfecto? más bien la pregunta debe ser ¿ Cómo puedo mantenerme sereno ante lo imprevisible  y convertir esto en una herramienta para mejorar mi vida?

Tenemos unas ideas fijas sobre como son las personas y las cosas y en general a como funciona el mundo, esto nos da una seguridad momentánea pero nos aparta de la realidad.¿Por qué no aceptar que todo es como es sin prejuicios y decidir disfrutar de este viaje?

     Todo lo que nos sucede es un medio para nuestro despertar.                    

Nuestra incomodidad no viene tanto de la realidad como de la resistencia a la realidad, nos pasamos todo el tiempo intentando reorganizarla para que se ajuste a nuestro punto de vista.

Es nuestra resistencia al cambio lo que llamamos sufrimiento, cuando te relajes ante la naturaleza dinámica de la vida dejarás de sufrir.

Nos creamos una imagen estática de nosotros mismos a la que nos
agarramos y definimos como nuestro verdadero yo, entonces vemos todo como una amenaza u oportunidad para nuestra autoimagen. 

Las ideas fijas que tenemos sobre nosotros constituyen nuestra falsa seguridad, es nuestro apego a que las cosas sean de cierta manera lo que nos hace sentirnos mal.

Tanto si se trata de una sensación agradable , desagradable o una emoción ( depresión o ansiedad) o un estado de ánimo ( tristeza, soledad) lo que deberíamos hacer es abrirnos totalmente a lo que está pasando y sentirlo, dejando a un lado las interpretaciones mentales o lo que es lo mismo, estar presentes.

Las emociones si no las alimentamos con pensamientos suelen durar minuto y medio, tenemos que relajarnos y permitir que sigan su recorrido mientras las observamos sin hacer juicios.

Reconoce la sensación o emoción, centra toda tu atención en ella pero no pienses acerca de lo que estás sintiendo, permítete tener una experiencia directa exenta de interpretaciones, permanece presente con ella, obsérvala, si es intensa o débil, en que parte de tu cuerpo se refleja, si cambia ..

Tal vez nos sintamos solos, deprimidos o enfadados. Tendemos a evitar estas emociones por que nos hacen sentir vulnerables. En vez de calificar esto como malo debemos verlo como señal de que estamos buscando algún punto donde agarrarnos. Quédate con la emocion durante un minuto y medio dejando a un lado la historia personal que la acompaña.

Cuanto más practiques y no escapes al mundo fantástico de los pensamientos sino que contactes con la sensación desnuda de la falta de apoyo estable, más te acostumbrarás a experimentar las emociones como simples sensaciones sin la historia personal que llevan detrás. La historia personal es lo que tú mente añade a esas sensaciones que a través de tus pensamientos se convierten en emociones y sentimientos.

Hay que asumir con serenidad como son las cosas y relajarnos ante el hecho de que la naturaleza humana es algo cambiante. Quédate descansando en este lugar vulnerable y relájate en este estado intermedio, la realidad es que siempre estamos en un estado intermedio, siempre en un proceso donde no hay ninguna garantía de lo que va a ocurrir en el momento siguiente.

Somos seres de transición, siempre yendo de un sitio a otroesto nos produce una sensación de desarraigo, de falta de algo sólido a nuestros pies. Cuando tengas esa sensación, mantente presente, obsérvala, siéntela y déjala marchar pero no pienses sobre ella.

Cuando los sentimientos desagradables aparezcan apóyate en ellos en vez de huir  o hundirte en ellos, obsérvalos y déjalos ir.

Analiza detalladamente cuales son las vías de escape ante las insatisfacciones de tu vida.

El hábito de  evadirnos y escapar hacia pensamientos y ensoñaciones es algo que nos ocurre, pasamos más tiempo en el mundo de la fantasía que en el de la realidad.
Parece como si tuviésemos una vida paralela: Nuestra vida y la vida de los sueños y fantasías creada por nuestra mente.

Antes de dormir analiza cómo ha sido tu día, qué has sentido con tu cuerpo, cuáles han sido tus pensamientos, qué estado mental has tenido, si tu mente ha estado tranquila o en todas partes y nunca presente. Practica todos los días el estar aquí mismo, el estar completamente presente.

Siempre que te apetezca puedes hacer una breve pausa y observar como te estás sintiendo  tanto a nivel físico como mental y después conectar con tu corazón, pon la mano en el corazón, esto sería como una cálida aceptación a lo que está ocurriendo en este momento dentro de ti y te trae al momento presente, lo único que de verdad está ocurriendo

Apóyate en la respiración para estar presente con todas tus experiencias incluso las desagradables, deja de etiquetar los pensamientos, déjalos marchar y quédate en el aquí y ahora sin juicios, te sentirás mejor.

Recurrimos una y otra vez a patrones repetitivos de comportamiento que ya no nos funcionan y nos impiden que surja un espacio para nuevas posibilidades.

Siéntate en silencio durante unos minutos y sé consciente de tu respiración al inhalar y al exhalar. Ahora reflexiona sobre lo que haces cuando no te sientes feliz ni satisfecho y quieres sentirte mejor. Pregúntate si funciona, si calma tu dolor o hace que aumente después. Si eres sincero contigo de este ejercicio sacarás unas conclusiones muy interesantes.

LAS OCHO PREOCUPACIONES MUNDANAS

Hay una enseñanza budista llamada las ocho preocupaciones mundanas que describe las principales inquietudes que tenemos en la vida, lo que deseamos o tememos, lo que nos impulsa a actuar. Vienen en pares de opuestos

1.-Apego a las posesiones materiales y aversión a no tenerlas o perderlas.

Esto se relaciona con el deseo de tener siempre más y el impulso de adquirir cosas (terapia de compras como lo llaman algunos) o el miedo a perder lo que tenemos o no conseguir lo que deseamos. Nada especial.

2.-Apego a las experiencias agradables y aversión a las experiencias desagradables.

Buscamos el placer y evitamos el dolor, nos pasamos toda la vida buscando uno y evitando el otro. Nada especial. La felicidad duradera está más allá de esos dos polos.

3.-Apego al reconocimiento, la aprobación de los demás y aversión a que nos juzguen mal y nos critiquen.

Queremos tener una buena reputación, que piensen bien de nosotros. Muchas veces todo lo que hacemos está encaminado a caer bien a los demás, que nos admiren y no nos desprecien, nos gusta que nos alaben, pero realmente ¿Podemos caer bien a todos? Imposible. Nada especial.

4.-Apego a que las cosas y circunstancias vayan bien y aversión a que las cosas vayan mal.

Nos hundimos cuando las circunstancias exteriores no van en la línea de lo que deseamos y en vez de buscar estrategias para conseguir lo que queremos nos enfadamos o deprimimos. Nada especial

Normalmente las cosas nos afectan porque nosotros las hemos etiquetado mentalmente como “algo especial” y por eso se quedan grabadas en el cerebro, pero mirándolas bien, vemos que lo que ocurre es simplemente que la naturaleza está siguiendo su curso natural , que la persona que nos daña simplemente opera en un nivel muy primitivo de consciencia o que vivimos en un mundo en el que la perfección no existe.

Si etiquetamos las situaciones como “nada especial “ el impacto será menor. Nada especial es lo mismo que  "otro cambio".


Si podemos permanecer presentes llegaremos a la conclusión de que no hay seguridad ni en el placer ni en el dolor, ni en las posesiones materiales ni en lo que hagan ni digan los demás, no hay seguridad en nada que sea fugaz, nada que esté sujeto a cambio.

En resumen, nos levantamos cada día con la misma meta: Queremos un futuro mejor y más feliz, en esto todos somos iguales, también somos iguales en la idea de que Yo soy el centro del universo , un hecho que nos causa multitud de problemas.

        Cuando empezamos a entender la realidad, la forma en que las   cosas realmente existen es decir que la vida siempre tiene altibajos y siempre los tendrá, nuestra vida empieza a cambiar.

No podemos controlar casi nada de lo que sucede sólo controlamos la manera de responder ante lo que nos sucede, acepta esto y la paz vendrá al instante.

Vivir es una forma de no estar seguro, de no saber qué vendrá después ni de que forma.

Nada más levantarte acostúmbrate a decir : "Me pregunto que pasará hoy", así te preparas mentalmente para lo que venga.

Recordar que vas a morir es la mejor forma de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Realmente no posees nada, todo es prestado.

No hay forma de liberarse de las circunstancias, ningún lugar adonde ir más que donde estás. Ríndete a la vida.

Normalmente  proyectamos nuestras preferencias en lo que sea que esté ocurriendo. Nuestra visión se ve empañada por nuestras reacciones emocionales. Los puntos de vista que tenemos no son la realidad sino una interpretación que hacemos de la realidad. La nieve seguirá siendo nieve aunque  no nos guste.

El camino hacia el bienestar pasa por estar completamente presentes y abiertos al exterior sin alejarnos ni escondernos, sin necesidad de controlar todo. Hay que reducir nuestra tendencia a poner las etiquetas me gusta o no me gusta a lo que percibimos, no es que no podamos tener nuestros puntos de vista sobre las cosas es que no debemos aferrarnos a ellos.

Estar abiertos a lo que se presente significa no colorear la realidad con nuestros pensamientos, aversiones e interpretaciones de lo que ocurre.

¿Estás dispuesto a soltarlo todo? O lo que es lo mismo ¿Estás dispuesto a desprenderte de cualquier cosa que suponga una barrera entre tú y la realidad? 

El sitio al que llegar es aquel  en el todo te sirve para tu crecimiento interior y en el que encuentras beneficio en todo lo que sucede. Hasta que llegues a ese momento simplemente deja de actuar de forma reactiva. Primero trabajas tu mente y luego pasas a la acción.

Cuando estamos abatidos y agobiados es justo cuando estamos en la situación ideal para practicar. Acepta el sufrimiento como parte de la vida, no hay ningún paraíso donde las circunstancias hayan sido creadas a tu antojo.

Si puedes permanecer presente en medio de las circunstancias complicadas la intensidad de la situación será más manejable.

El sufrimiento es una gran oportunidad para practicar, esto no se acepta fácilmente ya que está escrito en nuestro ADN que cuando las cosas son desagradables nosotros buscamos escaparnos de ellas.
 El caos de tu vida no es terrible, es simplemente un material con el que trabajar.

Siente las emociones directamente, lo que significa sin comentarios, sin interpretaciones sin tener una conversación mental sobre lo que está pasando. Estar presente significa prestar atención a las sensaciones que entran por los sentidos. Escucha con atención los sonidos que hay a tu alrededor y después de unos momentos los que se oyen en la distancia, deja que los sonidos sean lo único que hay en tu mente, no pienses sobre ellos, intenta saborear la comida sin ponerle una etiqueta, sin pensar sobre ella.

Relaciónate con tus sentimientos sin apropiarte de ellos, sin convertirte en su dueño, son sólo nubes que pasan por tu mente.Si les prestas toda tu atención sin historias añadidas, la emoción entonces nos permite vivir sin estar centrados en nuestro EGO, la puerta a experimentar la  impermanencia, la fugacidad de todo y la ausencia de un YO fijo.

Una vez que aprendas a estar presente vendrá seguidamente la fase de no apropiarte de lo que piensas y sientes ya que todo es transitorio y por tanto no es seguro.

Cuando te sientas feliz no te impliques con esa felicidad, cuando te sientas triste no te impliques con esa tristeza. Solo sé consciente de ellas.

Empieza aceptando totalmente el presente, después sitúate en medio del caos y el dolor de la vida con alegría confianza y sin miedo. Siente que puedes estar cómodamente en ese lugar aunque no te agrade.

Sólo al situarnos completamente en la realidad de lo que está ocurriendo en nuestro interior podemos aceptar la dureza, la falta de apoyo seguro donde situarnos.

     Debemos considerar el caos como la mejor de las noticias

La intensidad de la vida en la actualidad está desencadenando altos niveles de ansiedad e inquietud creando un ambiente ideal para nuestra práctica, las situaciones diarias pueden ser nuestro campo de entrenamiento, el aquí y ahora nos va a permitir entrar en nuestro mundo interior.

Una práctica que nos permita entrar en contacto con la transitoriedad de nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras posesiones, nuestros miedos, nuestro cuerpo, nos ayudará a acostumbrarnos a la fugacidad de la vida de una forma natural, tranquila e incluso alegre, viendo cambiar las estaciones, viendo que todo se disuelve. 

Si no encontramos la forma de reconciliarnos con la falta de apoyos consistentes y la energía siempre cambiante de la vida, entonces siempre estaremos luchando por encontrar la estabilidad en un mundo cambiante y la enfermedad, la vejez y  la muerte llegarán provocando una terrible conmoción.

Saber que las cosas pasan tan rápido hace que todo resulte extremadamente precioso, cada sabor, cada olor, cada día, pueden ser los últimos de tu vida. Cuando estás totalmente presente te abres directamente a la realidad, ya que puedes tratar con la impermanencia, con los momentos difíciles, ya no buscas otras cosas, quieres estar donde estás, no persigues un mundo ideal que no existe, puedes contemplar la falta de apoyos sólidos, la impermanencia, la vejez, la enfermedad , la muerte y estar sereno con el pensamiento de que "así es como es" ,  "nada va a durar siempre y ni yo tampoco"....

Considera que todo lo que te sucede es el combustible perfecto para tu despertar, una puerta para llegar a tu mundo interior sagrado. 

                            Nada permanece, ni siquiera nosotros. 

Pema Chödron


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