BUDISMO Y EVOLUCIÓN

 El budismo considera que hay un orden invisible al que deberíamos adaptarnos, este orden es la realidad de como funcionan las cosas. Esta realidad suele pasar desapercibida porque la mente genera ciertas distorsiones programadas o ilusiones. No vemos el mundo con claridad y son precisamente estas distorsiones las que generan sufrimiento.

La mente humana fue configurada (programada) por la selección natural cuyo objetivo es la supervivencia y la transmisión de los genes a la generación siguiente y para ello crea distorsiones que ayudan a que se cumplan sus objetivos.
Cualquier ilusión que apoye la supervivencia o transmisión de genes es favorecida por la evolución.

El yo  está engañado sobre su naturaleza. La percepción es un proceso activo de construcción constante de modelos del mundo. Necesitamos fabricar una historia sobre la realidad; somos evaluadores automáticos que tendemos a asignar consciente o inconscientemente adjetivos a cosas y personas, los cuales moldean como nos sentimos y como pensamos.

Las emociones tienen la función evolutiva de acercarnos o alejarnos de las cosas según las consideremos buenas o malas y a influir en nuestro comportamiento pero las emociones son juicios de valor sobre lo que nos rodea y los juicios pueden ser verdaderos o falsos.

 El cerebro etiqueta y almacena la información de lo que es importante  en forma de emociones. No hay procesos emocionales y cognitivos por separado, incluso los actos que parecen racionales se basan en emociones subyacentes.

Nuestros cerebros no han sido diseñados para ver la realidad sino para sobrevivir, con lo que el sufrimiento es inevitable, ya que el ser humano se aferra a cosas placenteras y por tanto transitorias. Nuestro objetivo es la gratificación y no vemos todos los aspectos de las situaciones o personas, a esto se suma que deseamos un bienestar permanente.

¿Por qué la selección natural fabrica unos cerebros que ansían placer
cuando éste es tan fugaz? 

Porque el placer refuerza las conductas y hace que aparezcan más.
Hay placer en la comida (nos mantiene vivos) sexo  ( mantiene la especie) pero el placer tiene que ser transitorio ya que si comes y tienes placer permanente no volverías a comer o si tienes sexo no volverías a tenerlo más con lo que tus genes no pasarían a otras generaciones.

El placer está diseñado para evaporarse y que  nos deje insatisfechos, nos motive a actuar y cumplir el plan evolutivo.
Según el budismo, vivimos atrapados en un ciclo de búsqueda constante de gratificación, no siendo conscientes de la fugacidad de la misma.

Los placeres pasan y nos dejan con ganas de más y esa         insatisfacción constante es la dinámica de la vida.

La mente humana se enfoca en el bienestar y no en la idea de que es transitorio o el precio que tiene que pagar por ello. No evaluamos los inconvenientes de las cosas placenteras. Cuando pienso en comerme un donut no pienso que me engorda, no me alimenta o altera el azúcar en sangre.

Puedes preguntarte. ¿Cómo es que me gustan los pasteles si no son beneficiosos? Ancestralmente se nos condicionó a dulce =alimento  pero eso era en el contexto de la naturaleza , ahora estamos en un nuevo contexto y hay cosas dulces que no alimentan.

No parece importante si vemos el mundo con claridad o si somos felices, la felicidad es una herramienta para mantenernos motivados, la insatisfacción también. La evolución no buscó que fuésemos felices sino que pudiésemos reproducirnos.
Cuando estás enamorado deformas la idea que tienes del otro atribuyéndole características positivas que no tenía y cuando pasa el tiempo sueles darte cuenta de que no estabas enamorado de esa persona sino de la idea que te habías formado de ella. Esto se debe a que a la evolución lo que le interesa es que la especie continúe, si viésemos a la persona como era en realidad probablemente no hubiésemos tenido hijos con ella.

La mente no percibe la realidad directamente sino a través de sus circuitos biológicos los cuales son distorsionados por nuestros deseos y miedos. El miedo nos protege incluso cuando no hay nada que temer, por ejempl, si vas por el campo y tropiezas con algo alargado tu cerebro ve una serpiente. Una señal de peligro mal reconocida podría matarnos así que los sesgos de los falsos positivos son útiles, ya que desde el punto de vista evolutivo es mejor desconfiar que morir.

El ego es también producto de la evolución, el yo considera que somos mejores de lo que somos y nos merecemos todo. Las personas con un gran ego tienen más posibilidades de sobrevivir aunque puedan ser unos depredadores, esto no importa en términos evolutivos ya que los depredadores pueden transmitir los genes más fácilmente. El yo  es un relaciones publicas que convence al mundo lo importante que somos, nos presentamos como capaces, exitosos, como alguien especial. Desde la prehistoria la interacción social tuvo consecuencias para la especie, una mala reputación o pocos amigos reducían la posibilidad de reproducirse, de ahí la importancia de impresionar a los demás.

El ego distorsiona la realidad es nuestro beneficio ya que atribuimos los exitos a nosotros y los fracasos a los demás o la mala suerte. Respecto a los recuerdos agrandamos lo bueno que hicimos y minimizamos lo malo.

No respondemos a los acontecimientos sino a lo que pensamos a cerca de ellos.
De todas las situaciones que tienen lugar en el entorno, la persona selecciona las que tienen algún significado para ella desde su posición egocéntrica, es como casi que el verdadero mundo carece de forma hasta que se la damos nosotros, hasta que les imponemos un significado.
Por ejemplo, la percepción de un partido de fútbol es totalmente diferente para los miembros de cada equipo, para el árbitro o para una persona que no le guste mucho el fútbol.

         Nuestra percepción está del lado de nuestros intereses.

Las distorsiones que nos ayudan a vivir son favorecidas. A la evolución no le interesa el precio que pagamos por dichas distorsiones.

El problema es que confundimos la percepción de la realidad con la realidad misma.

No estamos hechos para ver el mundo con claridad y representar la realidad con precisión sino para tener percepciones y creencias que ayuden a propagar la especie. En este sentido la mente es una ilusión.

Cuanto más cerca miramos la mente más parece consistir en muchas partes diferentes que a veces colaboran y otras luchan por el poder. No dirigimos la película, más bien, la película nos dirige a nosotros a menos que logremos liberarnos de ella.
No hay un yo rector de la mente sino muchos yoes que se turnan para conducirla, los cuales toman alternativamente el control y lo hacen a través de las emociones y sentimientos .

Para liberarnos hay que reconocer a influencia de las emociones y soltar nuestra identificación con ellas.

La meditación sirve para intervenir en las emociones y alterar su influencia,  debilita las ilusiones y genera nuevas perspectivas sobre las cosas.

 El budismo sostiene que  hay que llevar a la mente al estado de no reaccionar afectivamente ante lo que sucede, con lo que no coloreamos la realidad y podemos verla mejor .

Da un paso atrás y detén la mente y observa lo que estás pensando
como si fuese una película, eso es meditación. Hazlo varias veces al día.

Debes acostumbrarte a separar la observación de la evaluación, así experimentas ansiedad pero ya no se siente como buena o mala. Cuanto menos juzgues las cosas más claras las ves.

El autoengaño nos permite contar historias coherentes sobre nosotros mismos y sobre lo que vemos, pero el  yo es engañoso ya que está vinculado con el control y la persistencia en el tiempo.
Deja de identificarte con lo que no esta en tu control y serás más feliz

       Sabes que algo no es tuyo porque no puedes controlarlo

El budismo nos enseña como adaptarnos al orden natural, cómo funciona el mundo  y cómo responder adecuadamente ante él..
En cierto sentido es una rebelión ante la selección natural, alentándonos a ver las cosas tal cual son y no desde el punto de vista del ego.

Es una antiprogramación que nos hace ver la realidad más claramente y deshacernos de ilusiones las cuales parecen estar programadas en nosotros y nos ayuda a  ser más conscientes de las causas y efectos de nuestros pensamientos y nuestros comportamientos.

Hay  por tanto una influencia de la evolución sobre la forma de pensar y sentir la cual crea sesgos y distorsiones en nuestra percepción.
¿Como sería si elimináramos estos sesgos? ...Sería lo mas parecido a la iluminación budista

        La iluminación es ver la realidad sin la distorsión del ego

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