LA INSEGURIDAD DE ESTAR VIVO


Normalmente el budismo dice que el YO no existe y no es que no exista sino que lo hace de una forma diferente a la que pensamos. El YO no es algo sólido ni con existencia propia sino condicionado y cambiante el cual vive inmerso en un mundo fluctuante, contingente y que nos produce sufrimiento.

¿ Qué es lo que nos impide experimentar la realidad de este modo? La razón es que todos tenemos la sensación de que somos algo fijo y estable en el universo, pero la vida es cualquier cosa menos fija y segura. La existencia es provisional, ambigua impredecible, fascinante y terrible a la vez.

La única forma de vivir en paz consiste en “entrar en la corriente”, es decir vivir desde el fundamento cambiante y transitorio de las cosas, por lo que tenemos que dejar de obsesionarnos con lo que ha sucedido antes o lo que pueda ocurrir después y ser plenamente conscientes de lo que sucede ahora.

Esto no implica negar la realidad del pasado y del futuro, sino establecer una nueva relación con la transitoriedad de la vida . Para ser conscientes de lo que sucede en el presente es necesario que nos adiestremos en la atención plena, que consiste en ver lo que sucede tanto en nuestro cuerpo  como en el mundo exterior; se trata de ser conscientes de lo que ocurre en vez de dejarnos arrastrar por las cosas o vernos asaltados por las circunstancias, de manera que reaccionamos incluso antes de pensar.

La atención plena no se interesa por nada trascendente ni divino sino que se focaliza casi por completo en las condiciones concretas de la experiencia cotidiana, lo único que importa es lo que se presenta y el modo  en el que respondemos a ello.

Estabilizar la atención es simple pero es no es fácil, consiste en observar constantemente y sin estar atrapados en ellos: Las sensaciones ( agradables, desagradables y neutras) emociones ( alegría, tristeza, ira, duda, preocupación, frustración , aversión, miedo), los estados de ánimo ( melancolía, depresión , ansiedad) los pensamientos ( los que me ayudan, los que me perjudican, los neutros) y lo que sucede en el exterior .

El núcleo del despertar gira en torno a aceptar la contingencia. Las cosas son finitas ,todo es impredecible y tarde o temprano acaba marchandose. Si aceptas esto vivirás bien; para ello debes entrenarte en observar el surgimiento y desvanecimiento de los fenómenos físicos y mentales. El objetivo es que la mente observe y acepte la impermanencia, ver que el mundo es cambiante y complejo.

 Buda no habla de ningún dios sino en su lugar nos enseña la contemplación del mundo transitorio, fluido y concreto.


EL DESPERTAR ES LA CONSECUENCIA DE SER PLENAMENTE CONSCIENTES DEL SUFRIMIENTO y de SOLTAR LOS DESEOS


La angustia y el dolor son característicos de la vida, no podemos escapar del cambio y el sufrimiento; las criaturas nacen, enferman, envejecen y mueren, estos son hechos inevitables de la existencia. Nadie sobrevivirá, ni siquiera nosotros.

La mente humana se siente atraída por los lugares donde imagina que el sufrimiento está ausente: “Si pudiera estar allí no sufriría, si tuviera ésto o aquello no sufriría, si ésta persona se comportase así no tenndría sufrimiento” ... situaciones irreales creados por nuestra mente.

Ser plenamente conscientes del sufrimiento va en contra de lo que anhela nuestra mente, pero el mundo transitorio e inestable no puede gratificar nuestros deseos de permanencia y seguridad, ni darnos el bienestar constante que tanto necesitamos.

Poco importa si organizamos nuestra vida corriendo detrás de lo que deseamos y huyendo de lo que no nos gusta, lo cierto es que tenemos poco control sobre lo que puede ocurrirnos en el próximo instante.

El objetivo de la plena atención es ser conscientes del sufrimiento inherente a la naturaleza humana, lo que implica atender plenamente a lo que sucede a nuestro alrededor, en nuestro interior y nuestra reacción ante ello y además ser conscientes de que no sólo yo  sufro sino que también ellos sufren; esto nos hace ser mas empáticos y generosos con los demás.

El conocimiento pleno del sufrimiento nos hace relacionarnos con el mundo, con los demás y con nosotros mismos de manera diferente. A medida que prestamos mas atención a lo que sucede, más aguda se torna nuestra percepción de lo que significa estar vivo.

¿ Por qué depositamos nuestras expectativas de felicidad en algo que sabemos que tarde o temprano acabará dejándonos y nos sentiremos frustrados o decepcionados?

Abrazar el sufrimiento hace que dejemos de considerar que las cosas giran a nuestro alrededor. Se siente un gran alivio al dejar de ser en punto central del UNIVERSO.


SOLTAR LOS DESEOS

Para soltar los deseos tenemos que ver que no es posible encontrar felicidad en las cosas transitorias y pasajeras, éstos sólo podrán desvanecerse cuando sintamos que conseguir lo que anhelamos no nos proporcionará una felicidad permanente, a lo sumo un momento de satisfacción; no se encuentra  felicidad en lo transitorio, con lo que el apego a las cosas cada vez tiene menos sentido.

La auténtica felicidad está en soltar los apegos y no depender de ellos para vivir. Asimismo desarrollamos una actitud irónica cuando nos encontramos otra vez atrapados en la cárcel de los deseos.         ¿ Cuándo sucede eso? Observas que empiezas a sufrir y te dices :” ¡vaya, ya estoy aquí de nuevo!. 

Busca y seguro que hay algún deseo que no está en tu control al cual te estás aferrando y del cual estás haciendo depender tu felicidad.

Cualquier cosa a la que estés apegado te hace depender de ella y limita tu vida.

Desprendernos de los deseos trae una mayor libertad y autonomía, también nos permite liberarnos del apego a lo que somos, las normas y reglas de conducta de la sociedad; asumimos el riesgo de confiar en nosotros mismos y seguir nuestro propio camino.

A medida que los deseos van menguando se abre un espacio que permite el desarrollo de nuevas posibilidadades en tu vida.

Abrazar el sufrimiento y soltar el deseo hace que tu mente experimente calma y sosiego.

Experimentamos la liberación cuando llegamos a la convicción de que no estamos condenados a vivir nuestra vida desde la perspectiva del apego y el rechazo, cuando mi vida no depende de centrar mi bienestar en que se cumplan mis deseos y rechazar lo que no está en mi control.

Ser consciente del sufrimiento nos lleva inevitablemente a soltar los deseos. Los pasos se resumirían en : Abraza el sufrimiento, detente y observa, suelta y crea un camino.

Esta pauta la podemos aplicar a todas las situaciones de nuestra vida, así pues en lugar de controlar, alejarnos o ignorar lo que está sucediendo abracémoslo con atención plena, en lugar de aferrarnos o desembarazarnos de ello, relajémonos y observemos; en lugar de reaccionar detengámonos y mantengamos la calma y respondamos de modo más creativo a las circunstancias, esto significa elegir la respuesta que más nos beneficie y nos dé más paz a largo plazo a nosotros y a los demás.

 Buddha comparó a los oyentes con cuatro clases diferentes de vasijas de barro.
 La primera vasija de barro es una que tiene huecos en el fondo. Si tu viertes agua dentro de ella, se vacía de inmediato. En otras palabras, cualquier cosa que le enseñes a esa persona, es inútil. La segunda vasija de barro él la comparó con una que tiene grietas en toda la superficie. Si tu viertes agua dentro de ella, el agua se sale. Estas personas no pueden aplicar lo que aprenden. El tercer oyente, él lo comparó con una vasija que estaba completamente llena. No se puede verter agua en ella porque está llena hasta el tope. Una persona así, está tan llena de opiniones que no puede aprender nada nuevo!.
 Hay una cuarta clase. Las vasijas vacías, sin ningún hueco o grietas - completamente vacías con lo cual pueden aprender todo y llenarse de todo para vaciarse de nuevo. 


                                                                      STEPHEN BATCHELOR



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