VIVIR ES MORIR

La muerte no es lo que se opone a la vida sino una parte de ella. Dedicamos todo nuestro tiempo y energía a reforzar el autoengaño de que nunca moriremos, nos volvemos insensibles al dolor de este hecho manteniendo nuestras mentes entretenidas y ocupadas elaborando planes para el futuro. 
Normalmente olvidamos que nuestra muerte y la de nuestros seres queridos es inevitable. Solemos enfrentarnos con la muerte cuando perdemos a nuestros padres, esto nos obliga a aceptar esta verdad amarga.

                        La vida está llena de baños de realidad

Tenemos miedo a la muerte y la principal razón es que es algo desconocido para nosotros, piensa que lo desconocido no tiene por que ser malo, la muerte es un misterio, no sabemos que pasará cuando muramos, no hay forma de regresar de la muerte ni de escapar de ella .     ¿ Cómo podemos deshacernos del miedo a la muerte?

Intenta no apegarte en exceso a tus cosas, planes, expectativas. Prepárate para que todo lo bueno y malo que hay en tu vida pudiese convertirse en lo opuesto, tomar consciencia de que todo cambia es una forma útil de entrenamiento mental y reducirás el miedo a la muerte, morir es otro cambio, mientras  tengas más apego a la vida tendrás un miedo más intenso a la muerte, casi todo el dolor que se siente al morir proviene del apego emocional a la vida, las posesiones, familia, asuntos pendientes...

 La mente humana tiende a pensar sobre la muerte como la separación final del cuerpo y la mente, pero lo que llamamos vida es un torrente continuo de muertes: La muerte del embarazo da lugar al nacimiento, la muerte de la infancia da paso a la juventud, la muerte de la vida es el nacimiento de la muerte.

Todo lo que experimentamos es simultáneamente una muerte y un nacimiento.

Piensa que todo lo sujeto al tiempo está inevitablemente sujeto a la muerte. Como cualquier momento de la vida también implica una pequeña muerte, la vida misma nos brinda múltiples oportunidades para vislumbrar este hecho. Hoy en día la mayoría de las personas están tan distraídas que pocas logran aprovechar al máximo estas oportunidades. Sin embargo, hay una manera de relacionarse con las pequeñas muertes en la vida que te ayudarán a prepararte para dejar  tu cuerpo cuando tengas que hacerlo. 

Todo lo que debes hacer es fijarte en que hay muerte en todo lo que haces  en cada momento: En una relación, un matrimonio, una forma de vida, en una taza de café casi vacía. En muchos sentidos, este método parece demasiado simple para ser verdaderamente efectivo. Pero a pesar de ello, esta mera consciencia es la clave para entender que la muerte es parte de cada momento de la vida. 

Irónicamente, los cambios y muertes que experimentamos en la vida son mucho más beneficiosos que perjudiciales si así lo decidimos. Aun así, siempre hacemos un gran drama por todo, en especial por los cambios que etiquetamos como «malos». Aprende a disfrutar y apreciar la vida en vez de amargarte por las cosas sobre las que no tienes absolutamente ningún control.

 La muerte es el acontecimiento más importante de tu vida.

Saber que es inevitable nos permite saborear más la vida, enfrentarnos a la idea de la muerte nos ayuda a apreciar lo que significa estar vivo. Si permaneces ajeno a cómo son las cosas en realidad, cuando te ocurra el sufrimiento será insoportable y no podrás hacer nada por evitarlo. Cuando las personas van a morir les entra el pánico, se deprimen y pierden la esperanza, se sienten engañados y traicionados pero todos tenemos que morir así que no hay nada de injusto.

Tanto si sabes que te quedan unos meses de vida como si tienes toda la vida por delante la muerte es una realidad que deberás afrontar tarde o temprano, cuanto antes la afrontes y te prepares para ella, mejor.

El proceso de morir comienza en el momento en que nacemos, por eso a medida que envejeces, sobre los cuarenta años deberías pensar con detenimiento sobre lo que deseas hacer y lograr antes de morir.

Si estamos despiertos, saber que la muerte es inevitable contribuye a apreciar lo que tenemos ahora mismo, nos ayuda a aprovechar al máximo nuestra vida.

Intenta disfrutar de la vida, ve a donde siempre quisiste, sé realista respecto a lo que necesitas poseer, vive la vida al máximo, empieza a relacionarte con todas las cosas y aquellos que te rodean como si estuvieras viéndolos por  última vez. Resuelve los asuntos pendientes de dinero, problemas familiares o con tus amigos.

La mejor preparación para la muerte es vivir una vida plena, disfruta del mejor café, hazlo con cuidado y no en un vaso de plástico, viste con la ropa que te gusta, lee los libros que siempre has querido leer, haz lo que siempre has querido hacer y no te has atrevido por vergüenza o pereza. Hazlo ahora porque quizá nunca tengas la oportunidad.

A nosotros los seres humanos nos gusta el confort y es por esa razón que dedicamos tanto esfuerzo a acumular dinero y bienes materiales. ¿No es irónico que todo lo que hacemos para sentirnos cómodos y a gusto acabe siendo causa de estrés y angustia ?

Si posees dinero o propiedades decide como van a ser usados cuando te mueras, resuelve tus asuntos materiales, cuando compres manténte lúcido, deja de comprar y acumular objetos que no usas. 

Hagas lo que hagas recuerda que la muerte es impredecible, que está a la vuelta de la esquina y que todos moriremos solos aunque estemos rodeados de gente.

Piensa en grande
Desde la perspectiva budista, la mejor forma de prepararse para la muerte es pensar en grande. Uno de los principales problemas que la mayoría tenemos respecto a la visión de la vida y de la muerte es que no pensamos en grande, somos estrechos de miras y cerrados. Las personas estrechas de miras sólo piensan en ellas mismas y en su entorno inmediato. En las pocas ocasiones en las que logran pensar más allá de sí mismos, raramente superan el ámbito de su propia familia. Solo cuando se acerca el final se dan cuenta de lo estrechas y egoístas que han sido sus vidas, lo escasos que han sido sus logros con un valor real o duradero y qué  sus proyectos, que tanto tiempo y energía les han tomado han resultado enteramente insignificantes o no han llegado a dar fruto, así que intenta pensar más allá de tu círculo inmediato de familia y amigos. Desarrolla un interés genuino por el bienestar de absolutamente todos los seres sintientes incluyendo a aquellos que no conoces, y especialmente a tus enemigos. Cuando te duermas simula el momento de tu muerte pensando que  estás a punto de morir. Si lo deseas, intenta el siguiente método:

Al acostarte para ir a dormir, piensa para ti :“ Es posible que esta noche muera ,esto podría ocurrir. Tal vez no vuelva a despertarme nunca ". 

Perdona a los que necesites perdonar. Olvida todo lo que deberías olvidar. Trae a la mente cualquier cosa que te calme y relaje. Sobre todo, desea que tú y cualquier otro ser sintiente tengáis y experimentéis todo lo que sea bueno.

Mientras te duermes, la consciencia de tu cuerpo —lo que tus ojos ven, lo que tu nariz huele, lo que tu lengua percibe y así sucesivamente— quedará separado por el sueño. 

Cuando te despiertes, imagina que has renacido y  una nueva vida acaba de empezar. Observa cómo reconectas con tus sentidos y objetos sensoriales. Fíjate en el canto de los pájaros, los ruídos del exterior , percibe el sabor que la noche ha dejado en tu boca. Piensa para ti “: El mundo en el que me he despertado no durará para siempre”. 

Aceptar que la vida y la muerte son ilusiones es reconocer que todo lo que vemos y sentimos es una proyección humana. El café no es café para un escarabajo; el zumo de naranja no es zumo de naranja para un camello; el oro no tiene valor para un perro.

Algunas proyecciones parecen valiosas y otras inútiles y tú tienes que distinguir entre ambas basándote en tus valores . Cuando al fin, despiertes de verdad a la iluminación, te darás cuenta de que todo lo que has experimentado es como un sueño .

«Tu tiempo de vida está agotándose» y «Cada segundo te acerca más a tu muerte no lo desaproveches ». 


Dzongsar Khyentse Rinpoche

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