SALUD, ESTRES Y ENFERMEDAD


La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
La salud supone la capacidad de recuperarnos a la continua pérdida del equilibrio. 
La autorregulación se hace a través de bucles de retroalimentación, es un proceso en el que un sistema mantiene la estabilidad de su funcionamiento y la adaptabilidad a nuevas circunstancias .

La desregulación se debe a la interrupción de los bucles de retroalimentación, se pierde el equilibrio y el ritmo se desordena, a eso se llama enfermedad. El tipo de enfermedad depende de los sistemas que estén desregulados.
Casi todas las funciones autorreguladoras están bajo el control del sistema nervioso y no somos conscientes de ellas cuando estamos sanos. El cerebro realiza ajustes en todos los órganos respondiendo a la retroalimentación que recibe de ellos y del exterior. El dolor y encontrarnos mal son mensajes que debemos prestar atención.

Los medicamentos vuelven a conectar los bucles de retroalimentación para que el cuerpo pueda autorregularse, la restauración de la salud requiere nuestra atención para que se restablezca la conexión . La atención conduce a la conexión, a la regulación, al órden y a la salud.

Los procesos de enfermedad y sanación se están produciendo en nuestro cuerpo todo el tiempo.
Normalmente no sentimos los procesos del cuerpo ni de nuestro pensamiento sino que nos identificamos con ellos y no los vemos como sucesos. La enfermedad se debe a intentos fallidos de adaptarnos a las condiciones adversas.

Hay que creer que la sanación es posible, analiza los pensamientos que obstaculizan tu sanación, por alguna razón le has otorgado más poder a la enfermedad que a ti mismo.

La enfermedad del cuerpo produce estrés en la mente. A mayor control del estrés menor desregulación del cuerpo.

No caemos presa del estrés a causa de la enfermedad sino de cómo la percibimos y manejamos.

Sentimos estrés cuando vemos la enfermedad como peligrosa, amenazante y que es mayor que nuestros recursos para afrontarla. En general la forma en que vemos nuestros problemas determina la respuesta que les damos y el grado de estrés que producen.

Si reaccionamos ante la enfermedad con estrés, miedo, ira o ansiedad no daremos la respuesta adecuada a la situación.

Siempre podemos cambiar la forma en la que vemos los problemas con lo que cambiará nuestra manera de responder ante ellos. El estrés es la incapacidad de adaptarnos al cambio pero el cambio es parte de la vida, el mero hecho de estar vivo implica estar en un proceso continuo de cambio, aunque el organismo tiene mecanismos para estabilizar nuestra química interior (homeostasis).

Perdemos de vista la extraordinaria manera en la que el cuerpo se cura. Los cortes, quemaduras y huesos rotos se sanan solos. Tenemos mecanismos biológicos de reparación que corrigen errores en los genes, sueldan huesos y neutralizan patógenos.

Elimina el estrés mental de tu cuerpo y el cuerpo hará lo que tiene que hacer: Sanarse a si mismo. Deja ir los pensamientos negativos y enfoca tu mente en una salud radiante. Confía en que puedes cambiar tu vida y sanarte a ti mismo. El primer paso para sanar el cuerpo es sanar la mente, te conviertes en lo que piensas.

Todos tenemos un programa de autocuración, si te haces una herida se cierra, si tienes una infección el sistema inmune te defiendeEl cuerpo no es una maquina, tiene mecanismos para la reparación y regeneración de tejidos y órganos.

Resulta reconfortante saber que nuestros cuerpos poseen mecanismos desarrollados a lo largo de millones de años de evolución para mantener la estabilidad de nuestra vida frente al cambio constante.

Estar vivos significa que tendremos que adaptarnos a entornos interiores y exteriores cambiantes. Hay que responder ante las situaciones estresantes y no reaccionar de manera automática.

Reaccionar: Luchar, huir, sentimientos de desamparo...

Responder: Tomar consciencia de lo que está ocurriendo y lo observamos con lo que podemos elegir entre las distintas opciones  de respuesta que tenemos...

El control eficaz puede provenir de mantener la calma, la aceptación y la apertura interior. Cuando sientas ansiedad por tu enfermedad centra tu latención a la respiracion y luego a los pensamientos y sensaciones. La respuesta al estrés no debe ser generár ansiedad. El camino hacia la salud consiste en mirar de cerca nuestros síntomas, pensamientos , sentimientos y aceptarlos como son.

Los síntomas son mensajeros que vienen a comunicarnos algo importante sobre nuestro cuerpo y nuestra mente.

Hay que aceptar el momento tal cual es y no identificarnos con los síntomas, los pensamientos y las sensaciones. Observa el dolor y las sensaciones de la zona dolorida. Te darás cuenta de que existe un centro de calma en tu interior desde el que puedes observar como se desarrolla el incidente y te sentirás tranquilo dentro o detrás del dolor. Ante el dolor practica la atención plena y el escaneo corporal, respira por la parte donde sientas malestar o ansiedad.
Los sentimientos son mensajeros y hay que verlos y aceptarlos sin identificarnos con ellos, de lo contrario nos convertimos en sus víctimas .

Parte del sufrimiento viene de la no aceptación, del rechazo a lo que nos pasa, de querer que las cosas sean de otra manera, cuando contemplamos las cosas a la luz de las tres características de la existencia ( todo es impermanente, interdependiente e insatisfactorio) ponemos las cosas en su sitio.

La atención que lo acepta todo es una fuente de paz. Una parte del dolor emocional viene de como nos enfrentamos a la circunstancias y si tenemos exigencias. Ni somos nuestros sufrimientos ni nuestra ansiedad ni nuestra enfermedad. Cuando somos los responsables de nuestra mente ante las circunstancias desfavorables podemos controlarla y nos sentiremos mejor. La desesperanza, el desamparo, la indefensión minan la salud.

El tener nuestro centro de calma en nuestro interior nos ayuda a sobrellevar todo ya que nuestra fortaleza se basa en la capacidad interior y no depende de circunstacias externas.

Abandona tu conducta de enfermo, deja de construir tu vida psicológica alrededor de las preocupaciones sobre tu enfermedad ya que el resto de tu vida se queda atrofiada.

La paz y la aceptación nos lleva a la salud y a la sabiduría. Los pensamientos tienen un efecto profundo en la salud, son nuestras pautas de pensamiento las que nos hacen interpretar la realidad, son el núcleo de nuestras creencias sobre el mundo y como funciona.

Los optimistas ven los sucesos negativos como puntuales que ya se resolverán y están limitados en el tiempo, se concentran en lo que ha sucedido sin aumentarlo ni hacer generalizaciones. El pesimismo pone al cuerpo en peligro de enfermar, el optimismo protege la salud. El optimista sabe que siempre puede ejercer algún tipo de control sobre la vida y considera que lo malo no es permanente. Tienes que pensar que tienes el control sobre tu salud, puedes si crees que puedes y establece el compromiso de lucharpor mejorarla.

Hay que estar preparados para que cuando nos falte la salud, momento que tarde o temprano llegará, no sintamos ansiedad y esta se sume a las circunstancias que ya de por sí no son buenas.


El proceso de curación comienza cuando piensas que puedes combatir tu enfermedad, si tu actitud interior es de derrota la enfermedad vencerá a tu voluntad de curarte, si la ves como un desafío habrás maximizado las posibilidades de curación. La enfermedad puede constituir una oportunidad para formar una base aún más sólida de tu felicidad provocando en nuestra vida cambios importantes, si bien muchas veces son difíciles.

Los pensamientos y las emociones influyen en el cuerpo constantemente ya que existe una relación fuerte e inseparable entre el funcionamiento de la mente y el del cuerpo.¿Cómo funciona la unidad mente-cuerpo?. En el caso de la enfermedad, la secuencia funciona más o menos así: Cuando el cerebro percibe y procesa un estímulo exterior (consciente e inconscientemente) este proceso está fuertemente influido por las creencias, ideas y expectativas personales, esto provoca una reacción biológica compleja que afecta a la respuesta inmunológica del cuerpo determinando la capacidad para hacer frente a la enfermedad. Cada pensamiento es percibido de alguna manera en todas las células del organismo y cada célula del cuerpo está representada en el cerebro.

Dado que las ideas, las expectativas y las creencias tienen un efecto poderoso en el funcionamiento del cuerpo, el pensamiento distorsionado tendrá forzosamente un fuerte impacto negativo en la salud y la capacidad para superar la enfermedad, de este modo, además del tratamiento médico, es fundamental cambiar nuestra mentalidad para superar la enfermedad.

Visualízate cada mañana con una salud radiante y consiguiendo todo lo que deseas y necesitas, da las gracias por ello y comienza tu día. Los pensamientos negativos producen enfermedades, infelicidad, los positivos ayudan a tu recuperación . Habla sólo de lo que desees, de lo que quieres no de lo que no quieres, enfócate en la alegría. Deja de centrarte en lo que no deseas y céntrate en tu salud, en que estás sanando . No te rodees de personas que todo el día se pasan hablando de sus enfermedades eso también te afecta.

La mente juega un papel muy importante en la curación muchas veces mas que los medicamentos

Cada pensamiento negativo es algo dañino que estás poniendo en tu cuerpo.

Si te enfocas en lo que va mal entonces lo perpetuas. La sanación vendrá cuando comiences a enfocar tu atención en sentirte bien. La emociones positivas producen cambios bioquímicos beneficiosos en el cuerpo, los pensamientos negativos contribuyen a la enfermedad.

     Elige sentirte bien independientemente de las circunstancias.

Deja la angustia y ansiedad respecto  a tu enfermedad y permite que tu cuerpo se sane a sí mismo, abandona los pensamientos negativos y ayudarás a que tu cuerpo se recupere.

Hay que salir del ciclo del miedo-depresión -pánico que acompaña a la enfermedad. El cuerpo enfermo está lleno de pensamientos negativos.
Es necesario aprender a utilizar más inteligentemente nuestro pensamiento.El pensamiento consciente repetido durante una temporada, se convierte en un programa. El cerebro está  preparado para materializar su contenido por lo debes usar el pensamiento con gran cuidado e inteligencia.

Tu felicidad, la calidad de tus relaciones e incluso tu salud reflejan tus pensamientos conscientes más habituales.

Tienes que aprender a pensar de manera positiva, hablar positivamente y eliminar de tu lenguaje palabras que te perjudican, debes concentrarte en la salud que quieres y no hablar de la enfermedad.

La mayoría de las personas tienen la creencia de que la enfermedad es algo ajeno a ellas, es decir, sobre la que no tienen ningún control y por tanto, esperan que la solución les llegue de fuera. El efecto placebo explica claramente la interrelación del cuerpo y la mente.
Si tus pensamientos y emociones influyen en tu salud. La mente humana es pieza clave en la sanación. Nuestro cuerpo crea la enfermedad para que nos informe que hay un  desequilibrio, los síntomas son mensajeros, no son tan terribles.

Una manera de restaurar el equilibrio es sentir gratitud, al final del día busca cosas por las que te sientas agradecido, el sol, el agua de la ducha, la música, una taza de café, los pájaros, gratitud por ser tú mismo. Busca cosas pequeñas por las que estés agradecido. La gratitud y la risa son sanadoras. 

Incrementar la alegría y la felicidad es parte del proceso de sanación física.

Di cuando te levantes “gracias por mi curación”. Ríe todo lo que puedas. La risa atrae la alegría, libérate de la negatividad y preocupación y dejarás espacio al cuerpo para sanarse. El poder de la gratitud sana, el poder de la fe en que lo recibes y el poder de la risa disuelve la enfermedad de nuestro cuerpo.

El cerebro es el mecanismo más avanzado y complicado del mundo... ¡y viene sin manual de usuario!

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