¿Qué tipo de historia estoy viviendo yo? ¿ Qué clase de historia es ésta? ¿ Será una historia de la que me sentiré feliz tras haberla vivido?. Cuando sea mayor y mire retrospectivamente ¿Me lamentaré?. Estas son preguntas interesantes.
Mucha gente siente como si su vida no hubiese empezado todavía , otras esperan a que las condiciones sean adecuadas para hacerlo. Otros sienten como si ya todo hubiese terminado.
Algunos tienen un propósito en la vida, para otros su vida no tiene ningún tipo de sentido o está seriamente hipotecada...
En todas las vidas hay una gran historia y una pequeña historia ,por ejemplo ¿Cual fue la pequeña historia de Buda? La respuesta es que fue el hijo de un hombre rico que no pudo enfrentarse a las circunstancias desagradables de la vida y se convirtió en mendigo y vagabundo el resto de su vida.
¿ Qué nos hace seguir adelante cuando la pequeña historia se deshace? La verdadera satisfacción se produce cuando la pequeña historia se integra en una historia mayor,que es en sí misma valiosa.
El que nuestras vidas adquieran sentido depende de si las ponemos al servicio de una gran historia y si el tipo de historia que elegimos sea saludable.
Una gran historia supone esfuerzo, una tarea a realizar
Si somos negligentes entonces permanecemos atrapados en nuestras pequeñas historias. La sociedad moderna hace que nos quedemos anclados en nuestras pequeñeces. Se nos anima a ser consumidores y unidades económicas.
En psicoterapia la gente está a menudo luchando por encontrar un lugar para ellos mismos en una historia con sentido, o tratar de recoger los trozos de una historia que se deshizo.
Si la historia que estamos viviendo no es importante para nosotros, nuestra vida se teñirá de apatía y entonces nos quedaremos sin defensa ante la tiranía y opresión de esta sociedad de consumo.
Siempre habrá malas historias esperando arrastrarnos.De hecho ya estamos envueltos en ellas, hemos de hacer un gran esfuerzo para encontrar una historia más noble.
La gran historia nos llena de paz y armonía, nos hace dar una respuesta constructiva y llena de brío ante los obstáculos que encontramos.
Hay una dimensión horizontal y una dimensión vertical en nuestra vida. La dimensión horizontal se refiere a preocupaciones como el dinero, las relaciones humanas, el trabajo, la seguridad, etc. Todo esto tiene que ver con el Tener.
La dimensión vertical está plenamente relacionada con el Ser, es el mundo de la espiritualidad y de lo que verdaderamente tiene sentido en la vida. La gran historia es la que nos permite valorar el Ser antes que el Tener, la calidad de nuestra vida, momento a momento antes que la cantidad que estamos consiguiendo.
Cuando elevamos nuestros pensamientos y damos la respuesta más noble que podemos ante las circunstancias que se nos presentan nos ponemos al servicio de nuestra gran historia.
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