
Estoy “yo” y está “esa cosa” en el exterior que me causa dolor o placer.
Estamos separados de nuestra vida analizándola, juzgándola, tratando de responder a las preguntas ¿ Qué voy a ganar con esto? ¿Va a darme placer o debo huír de ello?
La iluminación consiste en abandonar todo esto.Cuando la mente se vuelve clara y equilibrada y deja de estar atrapada por las cosas podemos darnos cuenta de quienes somos realmente.
Vivimos atrapados por nuestros deseos, ellos nos controlan. El primer paso para tener una mente lúcida consiste en convertirse en testigos de nuestra mente.
En lugar de decir, no debería ser impaciente, nos observamos a nosotros mismos en el acto de ser impacientes. Nos retiramos y observamos.
Cuando empezamos a hacer esto vemos como nuestra mente produce constantemente sueños sobre como deberíamos o no deberíamos ser, sobre como alguna persona debería o no comportarse, sobre qué hemos de hacer para que se cumplan nuestros deseos.
Cuando nos retiramos y nos convertimos en testigos de nuestra mente empezamos a ver la auténtica realidad .
El ajetreo de la vida cotidiana nos impide captar lo que realmente somos.
Si algo va mal ¿ Qué es lo que hacemos? miramos lo que va mal y por lo general a otras personas a las que consideramos responsables de lo que va mal.
Estamos mirando afuera todo el tiempo no a nosotros mismos.
Cierra los ojos y limítate a estar sentado. Presta atención a todo lo que sucede dentro de ti: Un tirón en el hombro, un pellizco en el estómago, una punzada, repara en tu cara, siéntela ¿ Está tensa en algún sitio? Aflójala. Repara en el cuello, los hombros, la espalda, pecho, brazos, abdomen, muslos. Siente tu respiración cuando espiras y cuando inspiras.
Simplemente siente todas esas cosas. Si pasa un coche, escuchalo, oye el ruido de la calle, el ascensor tal vez.
Lo único que tienes que hacer es experimentar todo esto. Si aparece algún
pensamiento te dices : “Observo que estoy pensando en...”( por ej: observo que estoy pensando que él es muy injusto conmigo)
Tomas nota mentalmente del pensamiento y sigue concentrándote en las sensaciones de tu cuerpo y en lo que ocurre en el exterior.
Si tienes una emoción te dices: “ Observo que estoy confuso, deprimido, ansioso” o lo que sea.
Si vemos que ciertos pensamientos se presentan muchas veces ya empezamos a conocernos a nosotros mismos.
Cuando hacemos esto durante un tiempo vemos que los pensamientos comienzan a calmarse, no tenemos que desembrazarnos de ellos. Vuelve a la experiencia del cuerpo, la respiración, los sonidos del exterior una y otra vez.
Cuando empezamos a tomar consciencia de todo lo que entra en nuestra vida ya sea interna o externa empezamos a transformarnos y esto significa que empezamos a experimentar la vida tal como es y sentir que somos lo más perfectos que podemos ser según nuestro nivel de consciencia.
Si nos acostumbramos a observar nuestros pensamientos la capa emocional que los recubre empieza a disolverse y poco a poco empezamos a desidentificarnos de ellos.
Sufrimos porque nos identificamos con nuestros pensamientos, porque estamos
atrapados en ellos, los tomamos como la verdad absoluta y empezamos a estancarnos cuando comenzamos a juzgar lo que pensamos en “me gusta” o” no me gusta”, “él hiere mis sentimientos “o “tengo una vida muy dura.”
Realmente lo único que existe es un fluir de energía, todos los fenómenos son abiertos soy yo quien les doy valor. Cuando formamos parte de este infinito fluir de energía estamos en paz, cuando nuestros esfuerzos van en la dirección opuesta la perdemos.
Habitualmente vemos nuestra vida como una serie de encuentros con cosas que están fuera. La vida se vuelve dualista: Sujeto-objeto, yo-eso. Entonces cada pensamiento va a producir una emoción y ya comenzamos a estar encadenados
Nuestros pensamientos toman las riendas y empezamos a dividir el mundo en cosas que hay que buscar y cosas que hay que evitar, cuando es mejor simplemente vivir la experiencia sin apego ni aversión.
Lo importante es experimentar las cosas sin añadirles esa evaluación negativa que es lo que normalmente solemos hacer.
Comienza a observar el cuerpo, la mente y los pensamientos y verás el cambio que sucede dentro de ti.
Abre los ojos a la realidad y los esquemas negativos comenzarán a disolverse. Dedica varios ratos al día a hacer esto y verás que no es la vida sino nosotros quienes creamos nuestro sufrimiento.
El punto crucial de la práctica es el No-yo que observa al YO pero sin reaccionar. En el momento que empiezo a evaluar los pensamientos, comienzo a reaccionar en forma de emociones y ya empiezo a quedar atrapados por ellos .
Estar abrumados es estar atrapados por los objetos, pensamientos y acontecimientos de nuestra vida y también estar afectado emocionalmente por ellos por lo que nos sentimos enfadados y alterados .
A diferencia de la mente simple de la pura consciencia nuestra vida gira gira en torno a juicios como” No me merezco esto”,” no eres tal como quiero que seas,”” que mala suerte tengo”...
A diferencia de la mente simple de la pura consciencia nuestra vida gira gira en torno a juicios como” No me merezco esto”,” no eres tal como quiero que seas,”” que mala suerte tengo”...
Una vida realizada es gozar el mundo sin hacer juicios.
Haz lo que tengas que hacer, cambia lo que puedas en tu vida y el resto observa sin juzgar que es lo mismo que decir sin reaccionar.
Siempre que sufres es porque reaccionas ante algo de manera negativa.
Siempre que sufres es porque reaccionas ante algo de manera negativa.
Cuando mantienes la consciencia se produce la curación.
Cuando dejamos de estar atrapados por nuestros pensamientos empezamos a curarnos que significa estar sencillamente ahí con una mente simple.
Nuestra vida gira basicamente en torno a la percepción, es decir todo lo que recogen nuestros sentidos: lo que vemos oímos, tocamos etc.
Esto es lo que la vida realmente es sin embargo la mayor parte del tiempo sustituimos la percepción por otra actividad: La evaluación: Esto me gusta, esto no me gusta, esto me hiere, esto lo odio, esto me conviene o no.
En la medida que nos entreguemos a evaluaciones de este tipo, el gozo estará ausente de nuestra vida.
Como seres humanos tenemos tendencia básica hacia el drama.
Desde el punto de vista corriente quedarnos en el mundo de la percepción resulta bastante insulso. Sin embargo cuando nos mantenemos en la percepción en vez de perdernos en evaluaciones aparece el gozo.
Es necesario aprender a afrontar el sufrimiento. No es que el sufrimiento sea importante o valioso en sí, sino que es la otra cara de la vida y hasta que no sepamos ver la vida en su totalidad no habrá gozo alguno, si no aprendemos a ser nuestra experiencia incluso cuado es dolorosa, nunca conoceremos el gozo.
El gozo es ser las circunstancias de nuestra vida tal como son.
SI ALGUIEN HA SIDO INJUSTO CON NOSOTROS, NO PASA NADA, SI
ALGUIEN HA SIDO MALO CON NOSOTROS TAMPOCO PASA NADA.
Lo que nos altera es nuestra tendencia a apegarnos a nuestros dramas, a implicarnos en ellos, a dejar que nuestra mente se desboque y nuestras emociones se desborden debido a que nos hemos implicado en nuestros pensamientos evaluativos, normalmente negativos.
En este preciso instante de tiempo ¿Donde está nuestra vida pasada? No existe. Todo lo que queda son huellas en la memoria de nuestro cerebro por tanto empieza a borrar recuerdos negativos, comienza a difuminarlos en cuanto aparezcan ponlos en blanco y negro, comienza a ponerlos borrosos, disminuye el tamaño de las imágenes y por fin hazlos desaparecer .
Empieza a practicar ya que no hay ningun lugar en la tierra en el que podamos estar libres de nosotros mismos.
La iluminacion es simplemente hacer totalmente y con atención plena lo que estamos haciendo, respondiendo a las cosas a medida aparecen y no a nuestras emociones.
Algo aparece, lo percibo, algo se necesita hacer, pues lo hago, y luego lo siguiente, y luego lo siguiente...
Charlotte Joko Beck
Charlotte Joko Beck
0 comentarios:
Publicar un comentario