LA FALACIA DEL CONTROL

Tendemos a engañarnos pensando que tenemos el control sobre la mayoría de las cosas y sobre el comportamiento de los demás. Si así fuera también podríamos controlar nuestras acciones y nuestros pensamientos. 

Ahora es el momento   en que des un repaso a las cosas que quieres controlar en tu mundo y cómo quieres hacerlo. 

La incapacidad de soltar es señal  que estás tratando de controlar las cosas. 
Si te sientes que te estás aferrando y resistiendo al cambio piensa que tienes un problema de fondo relacionado con el control .
Si estás convencido de que tu forma de hacer las cosas es la correcta esta pista indica que quieres controlar las cosas .

Cada vez que critiques o juzgues considera que tienes un problema de control 
¿ Te cuesta confiar en la gente? ¿ Te invaden los celos cuando tu pareja habla con alguien atractivo o está fuera de casa? Si contestas afirmativamente puede que tengas un asunto pendiente con el control.

Cada vez que te aferras a algo o a alguien se reactiva tu necesidad de control o viceversa, si el comportamiento de otra persona afecta negativamente tu estado de ánimo  probablemente significa que no está haciendo lo que deseas, lo que indica que no tienes el control pero que te gustaría tenerlo. 

Comienza a seguir la pista a tu necesidad de controlar. Cada vez que te veas en esa necesidad haz tres respiraciones profundas, después suelta tu necesidad de controlar y déjala ir. 

Cuando te sientas molesto, irritable, ofendido o deprimido piensa que puede estar implicada tu ansia de control. 

Escribe sobre lo que te está ocurriendo, respira, déjalo ir y dale la vuelta a tu actitud, por tanto toma consciencia de tu necesidad de controlar, déjala ir y avanza.

Permite que surjan los pensamientos y sentimientos y después déjalos ir. Entra en contacto con tus pensamientos, deja que se presenten uno a uno ante ti hasta que no quede ninguno. 
Si descubres que quieres huir porque la gente de tu mundo no se comporta como te gustaría ha llegado el momento de la aceptación de esas personas. No puedes cambiar lo que piensan o hacen  sólo puedes aceptarlas.

Recuerda que no tienes control sobre el funcionamiento general del mundo, la aceptación es el único recurso. 

Acepta y luego vuelve la mirada sobre ti mismo, la única persona cuyo comportamiento puedes  controlar y cambiar. 
Cuando critiques, culpes, juzgues o te burles, recuerda  que algo se ha activado en ti. 
Tu eres el responsable de lo que sientes no ellos. Nadie tiene el control sobre ti y tus sentimientos a menos que tú se lo concedas .
Cada vez que algo externo te altere es una  valiosa oportunidad de mirar más cerca, de cavar más a fondo, de conocerte mejor...


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