EL DOLOR Y EL DUELO



EL DOLOR

Todos anhelamos un mundo que no existe, un Universo egocéntrico. Todos soñamos con mundos irreales en los que jamás nos sentiremos incómodos ni encontraremos obstáculos por lo que sentimos gran frustración. En cuanto dejemos de soñar seremos libres.

De forma irreal aspiramos a una existencia libre de problemas. Una de las cosas totalmente ciertas es que tarde o temprano nos vamos a encontrar con el dolor. A veces simplemente nuestro dolor es una respuesta natural a la situación. El no aceptarlo hace que éste se convierta en sufrimiento. El sufrimiento es una consecuencia de percibir el mundo de manera poco realista. El dolor es un proceso natural y saludable siempre que nos sirva para crecer interiormente. El dolor se produce cuando entramos en colisión con la realidad ,nos indica que tenemos que actuar y nos señala dónde hemos de hacerlo.
Una persona evolucionada es la que acepta la adversidad y no trata de gastar energía en tratar de liberarse de ella si no es posible o en aumentarla. Desgraciadamente nuestros esfuerzos por evitar lo inevitable multiplican nuestros problemas.

La vida es un Todo: Nacimiento y muerte ,salud y enfermedad, juventud y vejez, placer y dolor ,éxito y fracaso, encontrarse y despedirse...

Una vida de la que podemos sentirnos felices no es aquella en la que constantemente intentemos tener la mitad de cada uno de esos pares sin tener la otra mitad.
El nacimiento supone la muerte, la salud implica la enfermedad, la juventud se sigue de la vejez, el placer lleva consigo el dolor; éxito y fracaso van de la mano, encontrarse lleva implícito decirse adios.... No se puede tener uno sin lo otro. Intentar vivir como si eso fuera posible conduce a toda clase de problemas innecesarios.

La felicidad no se consigue eliminando el sufrimiento sino incorporándolo a nuestra vida, utilizándolo como combustible para mejorar como personas. Puede haber felicidad dentro del sufrimiento y sufrimiento dentro de la felicidad, tenemos que superar las dualidades y aceptar la Unidad de todas las cosas.
Cuando tenemos el ánimo y coraje de afrontar la vida tal como es entonces experimentamos una relajación profunda en nuestro corazón porque ya no tenemos que vivir a la defensiva.

EL DUELO

Es el sentimiento que nos invade cuando perdemos alguien cercano a nosotros. Es también una reacción normal ante cualquier pérdida o cambio importante en nuestra vida. El camino a la felicidad pasa por liberarnos de los apegos a cosas que inevitablemente terminarán por abandonarnos. Normalmente vivimos en la ilusión de un mundo lleno de cosas cuando en realidad lo que tenemos ante nosotros es un mundo lleno de procesos y flujo incesante. La pérdida nos hace regresar a esta realidad. 
 No lamentamos tanto la pérdida de una persona u objeto individuales como el Universo de cosas que existía para nosotros cuando ellos formaban parte del mismo: Un mundo construido por nuestra mente.

Es nuestro marco de referencia, nuestra ilusión lo que ha experimentado una ruptura .El ajuste psicológico, si todo va bien, nos lleva a la aceptación de un nuevo mundo en el que la persona o la cosa que perdimos se halla ausente.
Las pérdidas pueden forjarnos o rompernos, eso depende de nosotros. La persona con espíritu fuerte atraviesa el duelo y renace más madura y comprensiva.
 El verdadero problema consiste en negar el duelo o exagerar nuestra respuesta natural ante él. No podemos evitar que ocurran catástrofes, tampoco podemos evitar responder a estas, pero no podemos permitir que nuestras respuestas nos destrocen la vida.
Cada día nos trae sus muchos pequeños duelos y de vez en cuando sufrimos una pérdida mayor que nos recuerda de forma más penetrante nuestra situación existencial:

Todo cambia continuamente y cualquier cosa puede ser motivo de duelo en este mundo intrínsecamente tan maravilloso como terrible.

El duelo tal vez no sea algo que debamos superar, tal vez sea una puerta que nos permita acceder a una realidad diferente.
El tiempo de la pérdida nos hace percibir la realidad de forma desnuda. Entonces uno conoce la realidad con una claridad  tal que si pudiésemos evitar el dolor que pagamos por verla no la veríamos tal y como es.

Nunca superas la pérdidas importantes : Te vuelves una persona diferente.




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