LA PRISION INTERIOR


¿ Tu vida es un caos, te sientes al borde del precipicio, no eres feliz, estas atrapado en la rutina, perdido, te sientes como si estuvieses en un pozo oscuro y húmedo sin posible salida? Estás en una prisión mental. 
La prisión está formada por hábitos de comportamiento que te perjudican a largo plazo pero a corto plazo producen placer o comodidad y por deseos insatisfechos los cuales no están en tu control.
Lo primero que tienes que ver es quién la ha creado. Pregúntate qué te ata en la vida y quién ha creado esta atadura. Has sido tú y tu eres la única persona que puede romper las ataduras.

La principal causa de sufrimiento suele ser nuestra preocupación porque nuestros deseos no se cumplen. En esta situación no es que estés en una prisión es que tú eres la prisión y nunca serás feliz, donde vayas tu prisión va contigo. La felicidad consiste en escapar de la prisión que nuestros deseos e ilusiones han creado y  que distorsionan  la percepción de  la realidad exterior.

Para ello hay  que dar pequeños pasos, lo primero es ser cuidadosos con que tenemos en la mente, ya que los pensamientos se transforman en cosas.
Hay que alinear el pensar, decir y hacer, eso trae un sentimiento de bienestar debido a la coherencia interna que produce.
Controlar la mente es controlar los pensamientos, pero son tus acciones las que cuentan.
El sitio adecuado para comenzar tu práctica es ese en el que estás en este preciso momento sea cual sea, éste te servirá para practicar fortaleza, orden, disciplina, desapego y perseverancia.
Trata a los deseos que no están en tu control como viejos amigos que nos recuerdan qué es lo que tenemos que soltar.

Lo importante no es la ausencia deseos sino como me relaciono con ellos.

Los deseos no son malos, son algo natural, son parte de nuestro equipo de supervivencia genético, nos hacen buscar comida, tener sexo para que la especie continúe, luchar por lo que queremos.
Los deseos son energía pura, depende de como los uses te darán bienestar o sufrimiento.
El sufrimiento es el camino al despertar que solemos transitar más a menudo.

Desear sin ser poseídos por aquello que deseamos, convertir los deseos que no están en nuestro control en preferencias, no depender de ellos para nuestro bienestar es el camino para salir de la prisión.
Es mejor centrarnos en cubrir nuestras necesidades y en  satisfacer los deseos que dependen de nosotros que en los  que no está en nuestra mano el conseguirlos. 

                           ¿Por qué querer algo que no sucederá?

Tus deseos están sometidos a la ley del cambio y a la impermanencia, así que es mejor que no te  los tomes demasiado en serio.
El bienestar está más allá de todos los cambios,  acepta todas las experiencias sin apegarte a ellas.
El cambio está en la naturaleza de las cosas y puesto que nada es completamente fijo no importa cuan mala sea tu situación, todo es posible por lo que puede mejorar. Haz lo que tengas que hacer, crea el mundo en el que quieres vivir y llega a ser lo que quieres ser.

El otro aspecto de la prisión está formado por comportamientos que nos perjudican pero que los seguimos teniendo ya sea por inercia , comodidad o por que nos dan gratificación inmediata aunque sean perjudiciales a largo plazo: El comer en exceso, beber, fumar, comprar demasiado, no hacer ejercicio, vivir en medio del desorden, amontonar las facturas, no administrar el tiempo dejando siempre asuntos pendientes, pasar mucho tiempo en internet, etc.
Estos comportamientos se mantienen porque son válvulas de escape para nuestra ansiedad o simplemente porque son cómodos y agradables.

Queremos más al placer y la comodidad que a nosotros mismos por eso estamos atascados y no damos los cambios que necesitamos para salir de la prisión

Las circunstancias pueden ser buenas o malas pero la prisión  son los pensamientos y comportamientos  que tú has añadido a las circunstancias.
Piensa en los beneficios que te trae tu prisión y busca obtener lo mismo pero fuera de ella.
Más allá de la prisión está la paz y la independencia de la mente y esto es todo en lo que se basa el trabajo interior.
La libertad auténtica es la libertad de no interferir o reaccionar, es la libertad de meramente observar sin reaccionar, ese es el primer paso para derribar los muros de la cárcel que has creado.

Las fases en el aprendizaje de  la salida de la prisión son:

Incompetencia inconsciente.- Estoy mal pero no sé por qué, ni siquiera soy  consciente de que estoy en una prisión.
Incompetencia consciente.- Estoy mal pero veo los barrotes de mi prisión y sé que he de hacer algo.
Competencia consciente.- Me doy cuenta del camino para salir de la prisión y me pongo a ello.
Competencia inconsciente.- Soy libre ya que tengo los recursos necesarios para no volver jamás a la prisión : Orden y disciplina, desapego e ir más allá  de las polaridades  de mi  mundo dual.

          NADA TRAES, NADA LLEVAS. ES LA REALIDAD DE LA VIDA

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