El budismo considera los enemigos como valiosos porque nos dicen dónde estamos atascados , qué tenemos que mejorar y qué cualidades debemos perfeccionar.
Los enemigos son buenos y útiles ya que gracias a ellos podemos aprender mucho y aumentar nuestra fuerza interior.
Cultivando la actitud adecuada nuestros enemigos son los mejores maestros porque su presencia nos da la oportunidad de practicar, paciencia, tolerancia comprensión y compasión.
Para tratar adecuadamente con tus enemigos lo primero que tienes que hacer es volverte hacia tu interior, perdonarlos, liberarte del odio y dejar marchar los sentimientos negativos hacia ellos . Encontrar un sentido ( utilidad ) a las circunstancias más desagradables es la clave. Ese es el primer paso antes de emprender las acciones adecuadas.
Lo primero por tanto es liberarte de los pensamientos y emociones negativos y luego vendrá el proceso para impedir que te sigan dañando.
No es lo que te hacen sino lo que tu mente dice sobre lo que te hacen lo que de verdad te daña.
La rabia y el odio son los verdaderos enemigos que tienes que derrotar y no los enemigos que aparecen de vez en cuando en tu vida.
Piensa que si tienes un sentimiento negativo hacia alguien eso te vincula a la persona y te hace depender de ella, cuando se porte bien contigo serás feliz, cuando se porte mal contigo serás desgraciado.

La fuente de paz está dentro de ti y la fuente de odio también; tú eliges por tanto de cual beber.
La vida es una sucesión de eventos, que llamamos malos a los que no nos gustan y buenos a los que nos gustan. Deja de identificarte con ellos y dejarás de estar prisionero de las acciones de otros.
Las cosas horribles suceden debido a ciertas condiciones. Si cambias esas condiciones reducirás grandemente la posibilidad de que cosas horribles te sucedan, esto es aplicable también a tus enemigos. Analiza qué cambios tienes que dar para contrarrestar las acciones perjudiciales que llevan a cabo, respetando sus necesidades y puntos de vista. Los demás son importantes pero tú también.
El altruismo es la base de la paz y la felicidad, para conseguirlo hay que controlar el odio y practicar paciencia . Los mejores profesores para enseñarnos esto son nuestros enemigos.
La compasión hacia tu enemigo calma tu mente, eso no significa indulgencia y pasividad. Haz lo que tengas que hacer para evitar el daño pero si te implicas en pensamientos y emociones negativos hacia él pierdes tu paz, el bien más preciado.
La ira, el dolor, el resentimiento nos mantienen atrapados y nublan nuestra mente por lo que no podemos protegernos adecuadamente de los ataques del exterior.
El perdón es una emoción dificil de trabajar ya que viene junto con otras emociones como el dolor , la perdida y la confusión.
Los sentimientos de odio y rabia te impiden ver lo sentimientos de dolor, pérdida y vulnerabilidad que se esconden debajo de ellos. Toma contacto con ellos, siéntelos y déjalos ir.
Lo importante es no responder a la agresión con más agresión.
Para que tus acciones sean las apropiadas necesitas calma y sabiduría.
Para que tus acciones sean las apropiadas necesitas calma y sabiduría.
No dejes que el comportamiento de tu enemigo dirija tu mente y por tanto tu vida . Actúa según tu sentido de la justicia. Piensa que tu enemigo está haciendo lo mismo que tú, protegiéndose a sí mismo y a sus intereses. Intenta ver el cuadro completo, observa la situación desde todos los puntos de vista posibles y no sólo desde el tuyo. Agradécele que hará de ti una persona más flexible y adaptativa, fuerte y segura.
Piensa que siempre vas a tener algún enemigo, si uno desaparece otro vendrá, así son las cosas.
Los verdaderos enemigos de nuestra felicidad son las ilusiones y fijaciones de cómo tendrían que ser las cosas. Con la mente adecuada puedes superarlo todo, puedes tener paz, no importa lo que pase.
Los tiempos fáciles son nuestros enemigos, ellos nos hacen estar dormidos, la adversidad es nuestro amigo ya que nos hace despertar.
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